Noticias El Periódico Tarija

Cnl. DESP. Vladimir Yuri Calderon Mariscal

La tecnología de impresión en 3D denominada también “manufactura aditiva” es un grupo de tecnologías de fabricación que, partiendo de un modelo digital, permiten manipular de manera automática distintos materiales y agregarlos capa a capa de forma muy precisa para construir un objeto en tres dimensiones. Se originó en los años ochenta; y en la actualidad solamente se han tornado mas accesibles y de fácil utilización, tan sólo en la última década las impresoras 3D han reducido su tamaño y sus costos. Hoy en día, muchos hogares cuentan con esta tecnología, disponible en los mercados electrónicos y cuyo uso es difundido por el internet, sin embargo su utilización en los últimos años, también a cambiado desde los fines lícitos a los fines ilícitos.
Las impresoras 3D pueden crear una variedad de objetos diseñados a voluntad por el usuario a un costo relativamente bajo. Algunos ejemplos de impresión en 3D incluyen: fabricación de repuestos, piezas y partes de artefactos mecánicos, reposición de partes de aviones y automóviles, prótesis médicas, y una infinidad de artilugios mas. El proceso consiste en depositar polímero fundido sobre una base plana, capa a capa. El material, que inicialmente se encuentra en estado sólido almacenado en rollos, se funde y es expulsado por una boquilla en minúsculos hilos que se van solidificando conforme van tomando la forma de cada capa, hasta obtener el objeto diseñado.
Esta tecnología de impresión en tres dimensiones, también esta siendo utilizada para propósitos en el ámbito de la JUSTICIA y de la CRIMINOLOGIA. Las investigaciones de delitos y los peritos de la escena del crimen y forenses, están utilizando estas facilidades en la reconstrucción instrumentos del delito, reconstrucción de accidentes, y reconstrucción facial de material óseo no identificado, en la reconstrucción de cadáveres.

Pero la delincuencia también han tomado conocimiento de sus bondades, entre lo más preocupante de su nueva utilización en el mundo del hampa, esta la creación de pistolas y otras armas, impresas en 3D, tomando en cuenta que esta tecnología está ampliamente difundida y disponible, habiéndose facilitado su uso con manuales que son asequibles en el internet y los delincuentes, sin duda, encontrarán maneras más creativas de utilizarla. En consecuencia, es de suma urgencia buscar una regulación de las autoridades al uso de las impresoras 3D y sus productos para que sean sometidos a estudios especializados para determinar su condición de herramientas del delito.

La creación de réplicas de pruebas del delito utilizando esta tecnología, no es una nueva práctica; la fabricación de moldes de huellas, impresiones de herramientas, son muy utilizadas, sin embargo, el resultado no siempre fue satisfactorio en casos donde el material que se utilizo es deteriorado o sujeto a deformación, como el yeso, la arcilla, la goma, etc. En estos casos, el tiempo es un factor determinante; la Impresión 3D ofrece una solución a este reto. Los peritos de la escena del crimen pueden capturar fotografías de la impresión desde muchos ángulos diferentes y luego usar software de fotogrametría para crear un modelo exacto de la superficie de la impresión. Usando las imágenes, puede imprimir una réplica exacta, o cuantos necesiten en comparación con el método tradicional de la impresión para obtener una imagen del negativo o a la inversa.

Sin embargo, surge una latente preocupación desde la óptica de la seguridad publica con respecto a la impresión 3D, y es la posibilidad de fabricar objetos imposibles de rastrear y encontrar y detectar. La comunidad de usuarios de impresión 3D, actualmente tienen una mentalidad de mantener el código abierto, y así los usuarios tienen acceso a varios sitios web del repositorio desde el que puede descargar un archivo de diseño en lugar de crear su propio. Por supuesto, la comunidad industrial e incluso algunos aficionados prefieren patentar y restringir el acceso a sus diseños. Los archivos de código abierto, sin embargo, son de gran preocupación de las autoridades policiales, porque cualquier usuario puede descargar, modificar y usarlo en archivos de diseños y planos de armas o piezas de artefactos explosivos, independientemente de su intención. Un objeto inocente podría ser modificado para usos ilícitos. La descarga y modificación de estos archivos no está regulad por ninguna autoridad ni gobierno en la actualidad.

La fabricación de armas con impresoras de tercera dimensión, es un tema polémico; a pesar de la controversia, es sin duda real y cotidiano que una pistola pueda ser creada con relativa facilidad usando tecnología barata, que al estar elaboradas con resina pueden pasar inadvertidas por detectores de metales. Hay escasa normativa legal que prohíba hacer y poseer una pistola impresa en 3D, que, a su vez, crea problemas en la identificación de piezas y materiales durante una investigación. Los usuarios ya han mostrado que con una impresora 3D de gama baja puede descargar archivos disponibles al público, de código abierto e imprimir las piezas de plástico para hacer un arma de trabajo, o una herramienta. La amenaza de armas de fuego caseras, imposibles de encontrar es real. California aprobó recientemente una ley muy eficaz el 01 de julio de 2018, que requerirá que una persona que fabrica o ensambla un arma de fuego utilizando tecnología de impresión 3D, necesariamente hará conocer al Departamento de Justicia de California para obtener un número de serie único u otra marca de identificación.
Esta nueva tecnología, ofrece sin duda fáciles beneficios, se abre un mundo de nuevas posibilidades para todas las industrias y supone la disminución de los costos de transporte, el impacto ambiental, los residuos, etc. Pero las impresoras 3D son todavía maquinas derrochadoras, potencialmente peligrosas, y sus impactos sociales, políticos, económicos y ambientales aún no se han estudiado ampliamente. Este hecho se ha convertido en un desafío para las organizaciones policiales y específicamente para las especialidades investigativas forenses, para que sus capacidades de control del delito se encuentren a un paso anticipado al ingenio delincuencial.

*El Cnl. Calderon, es el Agregado Policial de la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia en Washington DC. EE.UU.