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Redacción Central/Bolinfo/Tarija
(elPeriódico-octubre 21/2018) Es una avenida que se abrió ganándole terreno al río Guadalquivir, impulsando el desarrollo de una de las zonas residenciales más importantes que tiene la ciudad de Tarija. En realidad su apertura se debió más a la presencia del colegio «La Salle» que el barrio en sí pero es obvio que sirve para varios propósitos.

Algunos anticiparon que habría problemas ya que al estar tan cerca al río podía sufrir inundaciones y el daño consecuente, hasta ahora no sucedió y, de hecho, que se ha convertido en una vía más que importante ya que a través de ella también se llega a San Blas y San Jacinto..

Está esperando la construcción de algunos puentes que permitan vincular el margen derecho con el izquierdo más abajo. Se la conoce como la avenida de Miraflores, la avenida La Salle y la avenida Felipe Palazón, en honor a un hermano lasallista que pisó suelo tarijeño.

Además de ser una avenida muy oscura y hasta peligrosa en las noches, ese no es su único lado malo, la basura se ha convertido en uno de sus distintivos, está por doquier e incluso, parece que aprovechando las penumbras, algunos van a dejar sus desechos por ahí, duro contraste con uno de los vecindarios de coquetas y fastuosas viviendas que tiene Tarija.

Aparentemente no existe control alguno porque hasta escombros se pueden ver a los lados, dando un mal aspecto al lugar.

No se debe olvidar que todos los días por allí van y vienen niños y jóvenes que asisten a la unidad educativa mencionada para formarse.

El municipio deja de lado demasiados detalles que tienen que ver con cómo luce la ciudad, este es uno de ellos. (eP).