
AGENCIAS
Argentina supera los peores vaticinios. A finales de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió que el 2 por ciento de crecimiento del PIB que había anticipado a inicios de año alcanzaría apenas el 0,4 por ciento.
Menos de tres meses después, aquellas malas noticias pecaron de optimistas. Según las previsiones de otoño que el Fondo ha presentado en Bali, Indonesia, la economía argentina caerá este año el 2,6 por ciento.
En julio, el Fondo ya había otorgado a Argentina un rescate financiero de 50 mil millones de dólares. Las expectativas de los técnicos del organismo sobre el éxito del plan de ajuste impulsado por Mauricio Macri, comprometido a reducir el déficit fiscal a cero para el año que viene, y de la política monetaria para sostener la depreciación del peso resultaron al menos exageradas.
A finales de agosto, una nueva crisis cambiaria llevó al peso a una relación de 40 a 1 con el dólar, la peor desde 1991, y el Banco Central subió las tasas de interés al 60 por ciento. El FMI otorgó entonces a Macri 7 mil millones de dólares adicionales al acuerdo inicial y pactó un adelantamiento de las cuotas del rescate a 2019.
Aquellas expectativas positivas de hace tres meses se han acomodado ahora a la nueva realidad.