Noticias El Periódico Tarija


De repente en un lugar específico se comienza hacer algo, a desarrollar una actividad, de manera cotidiana, seguida, que se hace normal, habitual, que así sea. De pronto al lugar se le pone hasta nombre, que deriva justamente de dicha situación. No sabemos como ni en virtud de que pero en la ciudad de Tarija, por la pasarela de Fe y Alegría, hay un zona que se identifica como de los «autoventeros», de aquellos que se dedican a comprar y vender vehículos, motorizados. Ya pasan muchos años desde que a alguien se le ocurrió ocupar un espacio público para ofrecer su auto en venta, luego fueron más y ahora hay hasta terrenos cerrados con malla olímpica, casi a título de propiedad privada. Si es que existen terrenos particulares no lo sabemos pero seguro que hace tiempo eso era de todos.

Si bien ya es un lugar con nombre y apellido, el hecho de estar en las márgenes de la avenida más importante de la ciudad, con picos de tráfico vehicular a tomar en cuenta, representa un riesgo para quienes trabajan ahí y para los que van a buscar alguna alternativa, no solo debemos mirar a quienes ya están asentados sino a las cientos de personas que visitan el lugar y deben buscar un estacionamiento para sus propios vehículos, caminar sobre la calzada de la via y tener que sortear a los otros vehículos que pasan por ahí. El municipio no organiza ni regula esta realidad y es una muestra del desorden generalizado, ni hablar de la suciedad y la basura, no hay recipientes para arrojar los desechos y tampoco existen baños para que la gente haga sus necesidades fisiológicas. Esperamos que la alcaldía actúe, no para desalojar a los asentados sino poniendo más atención y regulando la actividad.