Las paredes de las viviendas de la ciudad de Tarija se han utilizado y se usan para todo, desde luego que hay propietarios que las tienen limpias, muy bien pintadas, bien mantenidas, hay otros a los que no les preocupa, basta con levantarlas y ya está. También están los que siempre tratan de conservarlas como debe ser pero luchando todo el tiempo contra los ociosos que las ensucian y pintarrajean sin importarles el perjuicio que ocasionan.
Pero casi no hay zona de la urbe en la que no encontremos que se usan los muros como grandes pizarras de ofertas de servicios, en especial en el centro pero también en la periferia, desde librerías hasta abogados escogen utilizar el frontis del negocio como panel de propaganda, no faltan los que diseñan hasta el nombre comercial. Esa es una muy mala costumbre que no es regulada de la manera debida, el municipio sí anda mirando los carteles, los que sobresalen y los que van empotrados en las paredes pero no las horrendas pizarras en que se han convertido dando una muy mala imagen de nuestra ciudad.
En primera instancia, no es que se debe regular, no se debe permitir, se deben establecer mecanismos de incentivo para los vecinos que mantengan impecables sus muros y castigar a los que permitan que se los use como muestrarios, no decimos nada de los que son víctimas del vandalismo que mucho ya hacen pintando y repintando. Tarija debe lucir de otra manera y si bien es responsabilidad de los vecinos, también es de las autoridades llamadas por ley a conservar, mantener y administrar adecuadamente nuestra casa grande.