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La Razón

Sebastián, un niño de tres años a quien le detectaron cáncer en un riñón ingresó este lunes al quirófano para que le extirpen el órgano en mal estado, pero el médico «se equivocó» y le extrajo el que se encontraba sano. Ahora se encuentra en terapia intensiva, dependiendo de una máquina de diálisis, y sus familiares viven un viacrucis con la única esperanza de encontrar a un donante, en caso de que sea posible que reciba un trasplante.

El caso ha conmovido a Santa Cruz, cuyo Servicio Departamental de Salud (Sedes) activó una auditoría médica externa por presunto caso de negligencia. El Instituto Oncológico del Oriente, donde se hizo la cirugía, también hace indagaciones de ese tipo, aunque se ha cerrado a dar información.

El calvario de la joven familia oriunda de San José de Chiquitos comenzó en julio, cuando el menor fue sometido a varios estudios en los que se detectó un tumor maligno en el riñón izquierdo.

El diagnóstico indicaba que con el riñón sano que le quedaba podría continuar su vida, pero el médico, de quien aún no se hizo público su nombre, extrajo el equivocado.

“Él (médico) reconoce su error porque me dijo ‘una tontera hice’. Sacó el riñón que no debería sacar”, contó Éver Justiniano, el padre del menor, en puertas del Hospital del Niño, donde su hijo depende de máquinas.

Dijo que la admisión del error ocurrió tras que él se percatara de que el órgano extraído era el incorrecto, cuando le entregaron el informe de la operación.