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CULTURA COLECTIVA

La cruda es una especie de infierno por el que millones de personas deciden pasar una y otra vez. Tras una noche de borrachera, la resaca se manifiesta como un grito de tu cuerpo que dice «basta» a los excesos. Tu hígado ha estado trabajando sin parar desde que ingieres la primera copa intentando salvarte de una intoxicación, algo que rebasa toda capacidad cuando no te detienes.

El hígado se encarga de una función primordial en tu cuerpo: deshace las toxinas, es decir, las metaboliza. El alcohol y el abuso de medicamentos son los dos principales factores que intoxican este órgano, que no puede darse abasto con tanto trabajo y termina por atrofiarse. Los siguientes síntomas te revelarán si puedes o no tener un problema de intoxicación en el hígado.

Ojos y piel amarillos

La ictericia es una clara manifestación de un problema con el hígado. Cuando éste está sobrecargado, la bilirrubina no puede dirigirse correctamente hacia el tubo digestivo y hay demasiados glóbulos rojos, lo que provoca esta reacción física.

Cambio de color de orina y heces

El nivel de bilirrubina también implica un cambio en las heces y la orina; se hacen mucho más oscuras, llegando a tonalidades muy intensas. De presentarse este síntoma debes ir a ver a tu médico cuanto antes.

Mal aliento

El mal aliento también es una señal de que tu hígado no está funcionando del todo bien. Para saber si se trata de esto, deberás descartar alguna infección en la boca o un problema estomacal.

Diarrea

Debido a que tu hígado no está funcionando correctamente, las toxinas deben salir de alguna manera y es habitual que encuentren el final del intestino para escapar de tu cuerpo.

Después de leer esto, considera seriamente dejar de «hablar» con tu hígado pidiéndole que se «prepare» para aguantar las fiestas de fin de año y la gran cantidad de alcohol que planeas ingerir. Si tienes alguno de estos síntomas es necesario que visites a un médico, un autodiagnóstico es sumamente irresponsable; debes tomar en cuenta que este tipo de manifestaciones corporales se presentan también en otras enfermedades –incluso algunas más graves— por ello, sólo la opinión de un médico será certera al respecto.