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CULTURA COLECTIVA

Es sencilla, barata y benéfica.

 En un futuro cercano no necesitaremos lentes ni operaciones para mejorar la visión, bastará con tener una buena salud bucal para garantizar nuestra calidad visual.

Existe una técnica en la que los dientes podrían ayudar a recuperar la visión casi al 100 % y consiste en una exhaustiva revisión dental, poniendo énfasis en los caninos (colmillos). Se elige el más fuerte de los cuatro que tenemos y se extrae. En ese agujero se coloca un lente especial y sobre este aparato se vuelve a implantar el diente para juntos crear vasos sanguíneos y tejido nervioso. Después de un tiempo se remueve el colmillo otra vez y se extrae lo cultivado para ser implantado en el globo ocular. De todos los casos, el 90 % resultó exitoso.

Este procedimiento parece muy extraño, pero es una alternativa a la medicina alópata. En lugar de someterse a cirugías oculares o a algún tipo de medicación, el cuerpo mismo genera células y tejido especial que regeneran zonas enfermas o dañadas, pero en ocasiones no es suficiente. Los dientes suelen ser una zona en la que este tipo de cultivos se dan con mayor facilidad, por ello la dentadura debe ser mucho mejor cuidada y no basta con cepillarla.

Para cuidarlos podemos recurrir al oil pulling, una técnica sencilla, barata y benéfica.

El proceso consiste en enjuagar la boca con aceite de girasol, ajonjolí o coco por 20 minutos. Una vez que éste se encuentra en la boca, debemos hacer movimientos para mezclarlo dentro de ella. El objetivo es que el aceite se impregne entre los dientes y las encías. Esto con el fin de limpiar cada rincón y remover las bacterias acumuladas que el cepillado normal no logra erradicar. Es un proceso con resultados lentos, pero efectivos.

La técnica funciona porque al igual que el jabón, el aceite es una grasa que junta los gérmenes para desecharlos al momento de enjuagar. La ventaja de esta técnica es que no requiere de dieta o cuidados especiales, es barato y muy fácil de hacer:

1. En ayunas y sin cepillar los dientes, se toma una cucharada de aceite.

2. Con movimientos suaves se mezcla en toda la boca. Poco a poco se volverá más líquido.

3. Al pasar los 20 minutos, se debe desechar y enseguida enjuagar con agua tibia con sal

4. Se sugiere que se repita al menos 2 veces al día.

 No sólo se trata de una limpieza profunda, también sirve como un blanqueador natural de la dentadura y un fortalecedor de encías. El truco está en no dejar de hacerlo por un tiempo hasta que se noten los resultados. Quizá en el futuro el aceite sea la solución a muchos malestares y enfermedades, pues recordemos que los beneficios de los productos naturales son mayores así que no los desaprovechemos.

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