Noticias El Periódico Tarija

De por sí la ciudad de Tarija, de estilo colonial, de historia colonial, tiene rasgos inequívocos de su pasado, grandes casonas, muy elevadas pero solo de dos niveles, gruesas paredes y calles estrechas… el centro histórico enamora y encanta. De ahí en más la ciudad fue creciendo con el pasar de los años, de los siglos, claro que se puede hablar de centenas de años, más de cuatro… y son muchos los que han tenido que ver con hacia dónde ha ido y cómo se ha extendido esta urbe… muchos, en diferentes momentos de su historia, unos más que otros.

En esta ciudad en pleno siglo XXI, toda vía existen demasiados pendientes y grandes desafíos, el reordenamiento del tráfico vehicular es una tarea que está colgando sin resolución con perjuicios latentes y evidentes, cambios que se han realizado en últimos años han llevado a Tarija a ser menos viable aún… el ensanchamiento de las aceras y, por ende, el estrechamiento de sus calles, de por sí angostas, ha multiplicado el problema de desplazamiento de motorizados. Más allá de nuestra comodidad como civiles, está el bien común y ahí radica el problema cuando se evidencia que por el tráfico intrincado y los pocos espacios y opciones, un vehículo de auxilio poco puede hacer para desplazarse de un lugar a otro porque simplemente no tiene por dónde hacerlo, a no ser que sea capaz de volar por sobre el resto. Así de sencillo, no se cuentan con espacios disponibles para que una ambulancia o un carro bombero puedan entrar para prestar el auxilio necesario. Ni siquiera es concebible pensar que los autos puedan subirse a las veredas, ya que existen árboles, postes o jardineras que lo impiden. Tranquilamente alguien se puede morir en una ambulancia trancada en medio del embotellamiento, a esta gran falencia se suma la ignorancia y mala educación de la población, o pocos saben que se deben hacer un lado cuando se lo piden o, solo no les da la gana de hacerlo. Estas conductas pueden costar vidas humanas. Lo triste es que todo era absolutamente previsible, bastaba tener algo de sentido común. Tarija se va enfrentando a las malas decisiones que se tomaron para administrarla, va pagando las facturas de la improvisación y ausencia de planificación con cero dosis de sentido común. A pocos les importa este tema, cuando se presente una tragedia, no faltarán los que se rasguen las vestiduras, hipócritas que son capaces de criticar cuando pudieron hacer mucho en su momento.