Noticias El Periódico Tarija

El nuevo escenario del internet y las redes sociales ha ido abriendo puertas que dan paso a un universo sin límites, no solo en cuanto a sus alcances sino más que nada en lo moral, ético y legal. La posibilidad de que cualquiera diga lo que quiera y escondido en las sombras del anonimato de cuentas falsas y mentirosas, sin duda también se afronta como un gran reto en diferentes ámbitos pero sobretodo todo en el político, que parece ser el condimento para que esas redes se disparen sin control descargando toda clase de contenidos.

Con esta nueva tendencia, surgen nuevas palabras y términos, frases extrañas en inglés que adoptamos como parte de nuestro lenguaje cotidiano en la medida que nos involucramos más en ese mundo emergente. Así es como aparecen los «fake news», esas noticias que vuelan como pólvora, carentes de veracidad y que tergiversan otras o simplemente las inventan, muchas de ellas tan bien trabajadas en los detalles y la redacción que se hace difícil identificarlas y diferenciarlas, de ahí su gran y nocivo efecto, pasan por verdaderas, por ciertas y como toda falsa información, ocasionan daño y perjuicio, incertidumbre y confusión. Justamente es en las prácticas políticas donde más se usan, casi como armas diseñadas para hacer daño, cargadas de mala y oscura intención.

Es cierto también que los medios de comunicación podemos caer en la tentación de replicar «fake news», algo casi imperdonable pero real, ya que dependiendo del portal de origen, podemos ser susceptibles de apoyarnos cometiendo el error de no verificar por lo menos la fuente. No hay pretexto ni explicación pero debemos asumir nuestra responsabilidad ante este nuevo contexto en el que debemos jugar y vivir con estas variables y saber combatirlas con la verdad, el profesionalismo y la responsabilidad.