Noticias El Periódico Tarija

ECOOSFERA

Soñar es un proceso tan misterioso y peculiar que uno se pregunta, como Edgar Allan Poe, si acaso lo que vemos no será un sueño dentro de otro sueño. Pero hasta donde sabemos, la vigilia y el mundo onírico son dos territorios distintos que, no obstante, están profundamente compenetrados.

Sabido es que gran parte del material que nuestro cerebro utiliza para la creación onírica proviene de nuestras vivencias y las memorias sobre éstas que generamos, e incluso a ello podría atribuirse el llamado déjà rêvé, algo que sentimos cuando creemos haber soñado lo que estamos experimentando. Así, la correlación realidad-sueños es indiscutible; por eso es que el mundo onírico encantó a psicólogos como Sigmund Freud y Carl Jung, quienes pensaban que el lenguaje de los sueños era una forma de comunicación del inconsciente.

Para la disciplina psicológica, ese lenguaje onírico es críptico y sólo los psicólogos pueden descifrarlo a través del análisis. Christopher Sowton, experto en sueños, no opina lo mismo. Para él, los sueños intentan comunicar de manera clara; el problema es que nosotros no estamos acostumbrados al lenguaje de la metáfora (acaso sólo los poetas, lo que hace fácil comprender por qué la poesía es una especie de sueño en sí misma).

Por eso debemos comenzar por entender de qué símbolos y metáforas se compone el lenguaje de los sueños. Según este especialista, aprender sobre interpretación y análisis de sueños es realmente como aprender otro idioma: un trabajo de meses e incluso años.

 

Claves del peculiar lenguaje de los sueños, para empezar

  • Los sueños usan figuras para su “escenificación”. Éstas pueden ser parte de la psique del soñador o figuras importantes en su vida real.
  • Los sueños usan metáforas y símbolos.
  • Los sueños contienen emociones y sentimientos que corresponden con las emociones y sentimientos que experimentamos en la vigilia.
  • Los sueños suelen emplear la exageración.
  • Los sueños usan figuras del discurso, los idiomas y los juegos de palabras.

 

El uso de las figuras, las metáforas y otros recursos en el lenguaje de los sueños

La figura clave en todo sueño es el ego. Pero en los sueños suele haber varias otras figuras a las que solemos dotar de identidad, aunque en ocasiones no sabemos ante quién o qué estamos. Quizá sea una parte de nosotros mismos, pero también puede tratarse de algo que desconocemos de otro. No hay que caer en confusiones, pues aunque el ego es una figura principal de la obra onírica, no es la única.

En cuanto a las metáforas, es bastante lógico que los sueños se codifiquen en forma de metáforas: éstas son esencialmente apoyos del lenguaje cuando no todo se puede decir textualmente (algo que precisamente es imposible en los sueños, pues en ellos no podemos leer). Para entender esto sin duda es bueno leer poesía y familiarizarnos con las posibilidades de la metáfora como lenguaje, pues aunque son casi infinitas, hay algunos que no son muy difíciles de descifrar.

Por ejemplo, si soñamos con la partida de un tren, es bastante evidente lo que esto nos quiere decir. Pero debemos tomar en cuenta el contexto del sueño y los elementos circundantes, y asegurarnos de que la imagen “metafórica” no sea más bien una reminiscencia de algo que vimos hace poco en la vida real. También podría ser una combinación de ambas: metáfora y reminiscencia. Es algo que sólo con reflexión y memoria podremos ir develando.

A esto hay que sumar el uso de otros recursos del lenguaje del cual hacen uso los sueños. Entre las metáforas, encontraremos también dobles significados y retórica.

 

¿Cómo entender las emociones en el entorno exagerado de los sueños? 

Evidentemente, las emociones están presentes en los sueños. El problema es que a veces las olvidamos, por estar más atentos a otros elementos. Pero ahí están, y son determinantes para comprender lo que nuestros sueños quieren decir. No por nada Jorge Luis Borges destaca en los primeros versos de su poema “El sueño” que:

Si el sueño fuera (como dicen) una tregua, un puro reposo de la mente, ¿por qué, si te despiertan bruscamente, sientes que te han robado una fortuna?

Es así porque, aunque los sueños puedan tener atmósferas exageradas, no suelen ser así las emociones que experimentamos en ellos. De hecho, los sueños son exagerados como una manera de llamar nuestra atención sobre cosas importantes: es la forma en que nuestro inconsciente le hace llamados urgentes a la esfera consciente.

Lo mejor es hacer un esfuerzo consciente por recordar la tonalidad de nuestros sentimientos en los sueños que queramos descifrar, y no concentrarnos sólo en si es algo muy exagerado.

Estas son unas primeras hints para empezar a comprender este lenguaje. Junto a la experiencia de aprenderlo puedes experimentar con los sueños, por ejemplo, intentando tener sueños lúcidos, lo que puede aportar un extra de claridad para descifrar lo que el inconsciente quiere decirte. Además existen bitácoras digitales donde puedes guardar tus sueños, algo que hará más fácil tu exploración introspectiva.

Como sea, no dejes de disfrutar la experiencia onírica, pues citando una vez más al inmortal Borges, quizá el mayor deleite de los sueños se encuentre en no saber quién serás esta noche.