ECOOSFERA
Sin la noción de tiempo no podemos asir la existencia. Por eso el ser humano tiende a situarse siempre bajo la temporalidad como un piso seguro, el cual lo hace saber de dónde viene, dónde está y hacia dónde se dirige.
Es quizá el tercer tiempo, el del futuro, el que más obsesiones causa. Es verdad que la historia como disciplina se construyó sobre la curiosidad de indagar en tiempos pasados, pero preguntarnos sobre el futuro es algo que involucra una incertidumbre aún mayor, que a veces raya la manía.
Por eso es que en toda cultura siempre ha habido quien, desde su propia técnica o método, busca saber lo que nos depara el futuro. En la antigüedad, numerosos grupos indígenas de Mesoamérica arrojaban granos de maíz para predecir el porvenir, los cuales leían según cayesen sobre una concha.
Sin desestimar otras técnicas, hoy en día podemos aproximarnos quizá con mayor certidumbre al futuro, pudiendo predecir lo que acontecerá con exactitud, por lo menos en pocas décadas y sobre algunos tópicos muy concretos.
Gracias a la ciencia podemos saber con bastante certidumbre algunas cosas que nos deparan para 2050
Sabemos que a mitad del siglo habrá aproximadamente 9 mil millones de personas: una cifra que raya lo incognoscible y que ayuda a científicos de distintas ramas a hacer sólidas hipótesis sobre lo que será el 2050. El portal Big Think le preguntó a algunos de ellos cómo será la vida dentro de poco más de tres décadas, en los tópicos de mayor interés.
Estas fueron algunas de las apuestas futurólogas de los más destacados científicos:
¿Cómo viviremos?
Según el biologista y matemático Joel Cohen, en 2050 la mayoría de las personas en el mundo vivirán en áreas urbanas, y es muy probable que sean mayores al promedio actual.
Contrario a las exageradas perspectivas con las cuales nuestros padres imaginaron el 2000, con coches voladores y cosas sci-fi por el estilo, especialistas en urbes como Bill Mitchell piensan que los avances tecnológicos harán de nuestras formas de vida algo más discreto y quizá personalizado. Los autos se manejarán solos y habrá transportes más rápidos, y la vida en general estará más regida por la inteligencia artificial. Pero no: tampoco habrá coches voladores.
¿Cómo serán las comunicaciones?
El internet seguirá transformando radicalmente los medios y la vida. Quizá eso llegue a impactar directamente en las formas de organización social, ¿quién sabe?
Según el autor y editor del New York Times, Daniel Okrent, el internet seguirá abriendo alianzas y brechas por donde todo tipo de individuos podrán comunicarse de una manera cada vez más amplia y profesional, lo que transformará los medios de comunicación como los conocemos hoy.
Es probable, así, que la tecnología nos haga más propositivos, activos y nos conduzca a cambios sociales positivos. Para Viktor Mayer, director de Information and Innovation Policy Research Center, las generaciones futuras serán cada vez menos propensas a ser consumidores de información y entretenimiento vacuo, para convertirse en usuarios activos de la tecnología.
¿Y el cambio climático?
No hay que olvidar que, según algunas predicciones, algunas de las cuales incluyen cálculos matemáticos, es probable que para 2100 nos extingamos debido, en gran parte, a la crisis ambiental. Según el ambientalista Bill McKibben, si no combatimos el cambio climático es probable que ya para 2050 veamos preocupantes ascensos en el nivel de los océanos, lo que pondrá en peligro islas como las Filipinas. Además, el agotamiento de recursos provocará guerras sobre éstos, como sobre el agua dulce por ejemplo.
Pero la tecnología puede ayudarnos
Es probable que, cómo apuesta el director de la Energy Security Initiative, Charles Ebinger, todos como sociedad tecnologizada estemos más involucrados en la producción y distribución de la energía limpia que habrá, pues edificios y casas serán más eficientes para ello, y la tecnología nos ayudará a gestionar la energía y nuestras propias vidas en torno a ello.
Y como dice la oceonógrafa Sylvia Earle, es probable que tecnología como la de Google Earth llegue al punto de facilitar a la gente el cuidado del planeta, por ejemplo, como conservacionistas de los océanos.
¿Cuánto tiempo viviremos?
Viviremos más y seremos más sanos, según Patricia Bloom, profesora asociada en el MT. Sinai Hospital. No viviremos hasta los 120, pero es posible que seamos mucho más saludables a edades insospechadas, como los 90 y hasta los 100 años.
Es difícil saber qué pasará con algunas enfermedades y epidemias, pues sería hacer mucha futurología el intentar predecir si se habrá encontrado la cura del cáncer o el VIH para el 2050. No obstante, es probable que debido al aumento de población en las ciudades, los mercados verdes y los huertos se vuelvan una necesidad, y que estos pueblen las urbes. Es decir que, especialistas como Nina Plank, fundadora de mercados verdes, creen que habrá una cultura más regional en torno a la comida: algo así como lo que ya proponen movimientos masivos como el Slow Food. Eso hará a los habitantes del futuro mucho más saludables.
¿Qué concluir?
En general todo apunta a que el 2050 puede ser un futuro donde habremos evolucionado, y podremos crear sociedades mejor conectadas y más eficientes, quizá donde, incluso, se tejan lazos colectivos de cooperación más fuertes.
¿Utópico? Esperamos que no. La tecnología puede y debe emanciparnos. Pero será importante también que siempre vivamos el presente, hoy como dentro de tres décadas, pues es así como se construye un buen vivir: en el aquí y el ahora.