7 mitos sobre la grasa corporal que no te permiten bajar de peso

Cultura Colectiva

La grasa puede dividirse en dos categorías: la primordial y la no esencial, la última es la que necesitas transformar para reducir tu talla

Cuando escuchamos la palabra “grasa” a menudo pensamos en aquellos excedentes que queremos eliminar de nuestro cuerpo, aunque dicho término va más allá de esto. Se puede dividir en dos categorías: la primordial y la no esencial. La primera cumple con las funciones vitales de nuestro cuerpo, pues ayuda a proteger los órganos y las articulaciones, regula la temperatura interna, almacena vitaminas y es una de las principales fuentes de energía. La segunda, también nombrada grasa en exceso, es una especie de reserva que se localiza en distintas áreas, y que puede ser utilizada cuando se experimenta debilidad física tras la ausencia de la alimentación.

Tener una cantidad superior de grasa corporal puede provocar distintas enfermedades y complicaciones en la salud, aunque se puede eliminar la proporción que no necesitamos con una buena rutina de ejercicio que ayude a reducir sus niveles. Pero es importante conocer algunos de los mitos que se han generado alrededor del tema porque obstaculizan que aprendamos a desechar de manera adecuada lo que nuestro cuerpo no necesita. De esta manera sabremos que al optar por cremas, fajas o trajes de plástico que nos hagan a sudar, no están contribuyendo a que nos deshagamos de ella.

Se quema con el ejercicio

No se quema, se oxida. La idea que tenemos sobre eliminarla de nuestro cuerpo es que cuando hacemos alguna actividad física y sudamos, la estamos quemando. Sin embargo, la grasa y los carbohidratos se convierten en glucosa en el interior del organismo para después producir la energía que requerimos. Cuando se agotan los carbohidratos convertidos en glucógeno se utilizan las reservas de grasa. Una rutina de ejercicio adecuada ayuda a que los ácidos grasos se transporten hacia los músculos para oxidarse y sean utilizados como una especie de combustible. El sudor sólo es una respuesta del cuerpo ante ciertas actividades; no representa la eliminación de los excedentes. Por otra parte, si utilizas trajes de plástico para “acelerar” el proceso, lo único que consigues es perder agua, la cual recuperarás en cuanto te hidrates.

La grasa se transforma en músculo

No se puede convertir en músculo. Los tejidos grasos y musculares poseen cualidades distintas, por dicha razón no existe una modificación de este tipo. La grasa funciona como una fuente energética para el cuerpo y permite aumentar la capacidad para realizar distintas actividades físicas. La hipertrofia (aumento del volumen muscular) se consigue a través de la estimulación adecuada de las fibras a través del ejercicio adecuado y a la ingesta suficiente de proteína.

Se endurece con el ejercicio si no se elimina primero

La grasa se no se endurece, al entrenar no logras trabajar sus excedentes, fortaleces y tonificas los músculos. Aunque algunas personas consideran que si no la eliminan de su cuerpo antes de ejercitarse, se endurecerá y será más difícil deshacerse de ella, una teoría falsa. Cuando entrenas se acelera tu metabolismo, aumenta la temperatura local y de esta manera comienza el proceso de oxidación.

Sólo el cardio te hace quemar más rápido la grasa

El cardio no es el único que te ayudará a perder los altos niveles grasos. Es cierto que te permite eliminarlos de forma rápida, aunque es más notable su disminución desde el inicio, con el paso del tiempo el cuerpo mejora su condición y necesita que intensifiques la rutina aeróbica para obtener resultados con la misma velocidad. En cambio, las pesas, además de ayudarte a perder grasa poco a poco, contribuirán al aumento muscular. La combinación de ambas te proporcionará mejores resultados.

Necesitas hacer mucho ejercicio para eliminarla

La intensidad necesaria para disminuir la grasa depende del método que utilices, si sólo eliges los ejercicios aeróbicos (correr, nadar, caminar, saltar la cuerda, zumba, etc) deberás implementar más tiempo a las rutinas debido a que se realiza un trabajo menos pesado por lo que requiere mayor duración, por el contrario, si se opta por los anaeróbicos (pesas) serán menos repeticiones pero con más peso, porque a medio plazo te ayuda a oxidar más grasa y aumentar masa muscular.

Se puede eliminar la grasa focalizada

No puedes deshacerte de la grasa de forma exclusiva. El trabajo que se necesita para lograrlo se lleva a cabo en conjunto; es decir, al reducir la grasa de la cintura también conseguirás disminuir la de las piernas. Aunque su desaparición sea más notable en ciertos depósitos, no significa que se esté trabajando en una zona específica. Se gasta más rápido de algunas partes porque su proporción es menor.

Si dejas de hacer ejercicio los músculos se convierten en grasa

Es cierto que cuando dejas de ejercitarte los músculos se reducen poco a poco y van perdiendo su firmeza; sin embargo, no se están transformando en grasa. El volumen que se había ganado sufre un retroceso como causa del sedentarismo. Cuando te ejercitas también aumenta el flujo sanguíneo que alimenta las células del cuerpo, por eso al abandonar la actividad, el flujo disminuye, los músculos se contraen y pierden su tamaño.

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