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Cultura Colectiva

Al final de cada cuento de hadas o película animada de nuestra infancia debieron añadir un corolario más realista. Uno que mostrara cómo tras un primer beso y unos escasos segundos después de haberse conocido pueden sobrevivir las parejas. Que demostrara las consecuencias de haberse tomado tan poco tiempo para decidir casarse, vivir juntos y emprender el camino de un supuesto “felices para siempre”. Obviamente no para ver a Blancanieves lavando y planchando la ropa del príncipe (del cual ni ella sabe su nombre), ni para ser testigos de una Rapunzel cuidando sola de sus hijos, sino para entender el funcionamiento de su relación más a fondo. Algo que nos arrojara un cuestionamiento de si en verdad habían tomado la decisión correcta

“Situaciones bochornosas o poco románticas que no debes tomar como un aviso de poco amor, sino relámpagos de un vínculo consolidado”.

¿Para qué? Simplemente para no crecer con la falsa expectativa de que en nuestras relaciones amorosas todo sería tan perfecto como el primer día. Jamás con la intención de ser fatalistas o darle un tono oscuro y fugaz a lo que vivamos junto a otra persona; más bien para reconocer que hay buenos días y malos momentos. Saber que de eso se construyen los grandes amores: de altibajos y obstáculos que permiten la afirmación total de la felicidad.

Por ello, a falta de una veracidad contundente en las historias que nos educaron y crearon esperanzas un poco alejadas de la vida en comunión, ten en cuenta que a veces te sucederán las siguientes cosas –si no es que ya se hicieron presentes–. Situaciones bochornosas o poco románticas que no debes tomar como un aviso de poco amor, sino relámpagos de un vínculo consolidado. Una pareja que ya no teme mostrarse tal cual es y augura una confianza, aunque extrema, sólida ante cualquier adversidad.

Por ejemplo, y el más peligroso en nuestro tiempo, tener por casualidad en tus manos el teléfono celular de tu pareja cuando llega un mensaje ligeramente sospechoso. Supongamos que fue al baño o te lo prestó para hacer una llamada y recibe en ese preciso instante un texto de su ex o de alguien que no te da buena espina. Incómodo para ambos. La clave de esta situación es cómo vas a reaccionar. Si sabes que le puedes preguntar y recibir cualquier respuesta con toda la confianza del mundo, vamos por buen camino.

La discusión equivocada

Se enojan, discuten y sabes que te has equivocado, ¿pero qué haces? Obviamente callas y dejas que todo siga su curso porque sería peor aceptar que hubo un error de tu parte o diriges toda la pelea a un tipo de reconciliación que “justo en ese momento” ideaste. Esto es un mal momento, pero un buen signo en su relación. Nada que ver con egoísmo. ¿Por qué? Simple. Sabes que nada dañino puede suceder, sea el malentendido que sea y que todo terminará en risas.


La noche infame

Alguno de los dos está enfermo del estómago y deben pasar la noche juntos. Pase lo que pase ninguno puede dormir en la sala o pedirle al otro que se vaya; eso sería muy desdichado de quien sea. ¿Entonces qué sucede? Afrontarlo con valentía. Acordaste permanecer en las buenas y en las malas, ¿no es así?

Hábitos antihigiénicosç

Los médicos pueden decir lo que sea. Que las bacterias del otro ayudan a crear resistencias u otras declaraciones un poco desagradables. Y es que no hay cosas tan molestas como besar a alguien después de haber comido; sin embargo, seguramente cuando la relación apenas comienza o ya está más que consolidada, sucede que alguno de los dos no aguanta las ganas de soltarle un beso al otro. Si superas este reto quiere decir que estás por completo del otro lado.

Hábitos antihigiénicos extremos

Los médicos pueden decir lo que sea. Que las bacterias del otro ayudan a crear resistencias u otras declaraciones un poco desagradables. Y es que no hay cosas tan molestas como besar a alguien después de haber comido; sin embargo, seguramente cuando la relación apenas comienza o ya está más que consolidada, sucede que alguno de los dos no aguanta las ganas de soltarle un beso al otro. Si superas este reto quiere decir que estás por completo del otro lado.


Manejar por primera vez juntos

¿Por qué es tan malo? Porque siempre hay comentarios por parte del copiloto y puede que alguno se sienta John Senna al volante. Si has sobrevivido al evento sin decirse cosas desagradables, tratar de hacer correcciones ni arrojar comentarios incisivos, vamos estupendamente bien.

El chef muerto

A menos que alguno de los dos haya sido educado por su familia en la cocina o asistido a una academia de gastronomía, habrá cientos de cenas quemadas o comidas insípidas. Si a toda circunstancia de esta naturaleza hemos podido sobrevivir con una sonrisa en el rostro y cordialidades que alejan por completo del “A mi mamá le queda más rico”, hay todo un camino por seguir en ese amor verdadero.

El sueño casi mortuorio

Al principio todas las noches se resumen en sexo, pláticas inagotables y amaneceres agraciados. Pero llega tarde o temprano ese día en que el cansancio es ingobernable. Es entonces que no se puede poner freno a los litros de saliva que depositas en tu almohada, los ronquidos monstruosos, la liberación de gases, los ojos hinchados y llenos de legañas, etcétera. Bienvenidos al terreno del romance exótico.


Salir con su grupo de amigos

Porque ya tenías una leve impresión de cómo eran dichos personajes, pero nada como ver a tu pareja completamente transformada en algo que no sabes si te gusta, enternece o preferirías no haber visto jamás. Si sales con éxito de este embrollo y nunca dijiste nada grosero al respecto, lo has hecho muy bien. Fue una tortura, un episodio incómodo que seguro no se repetirá, pero le amas y eso es lo que más cuenta. Además, también ha pasado contigo, no lo niegues.

Ir a una boda como pareja formal

Porque nunca va a faltar quien les pregunte para cuándo se casan ustedes, cuánto tiempo esperarán para tener hijos y demás. Si no es que alguno de ustedes comienza ese debate, por supuesto. No obstante, aunque fatigoso, esas cuestiones saldrían algún día.

Gastar sin pensar en el mañana

La euforia de la relación probablemente invadió en ciertos momentos a las tarjetas de crédito. Entonces esa charla de compromisos y responsabilidades compartidas tendrá que llegar si no es que ya tuvo lugar. Un paso poco feliz para su conformación como pareja, pero necesaria para saber si están juntos no sólo para pasarla bien.

Tratar de impresionar a los suegros

Porque, para empezar, no sucede. Nunca se engancha con suficiente éxito a los progenitores de tu pareja, pero el intento se hace. Y esos primeros minutos –horas o quizá días– son la prueba de fuego para tu sudor y entera personalidad. Si ambos pueden sortear este martirio y solucionar cualquier inconveniente, pueden llamarse una pareja comprometida con algo verdadero.

El extraño en casa

Puede ser cualquier detalle irritante o incluso repulsivo del otro que nunca habías conocido antes. Ya sea ver el proceso de una depilación en el baño, la manera en cómo se hurga la nariz, los domingos sin visitar la ducha y otra serie de cosas, llegará el día en que los dos se muestren sin tapujos bajo un mismo techo y parezcan completamente ajenos entre sí. Si en vez de espantar estas imperfecciones resultan atractivas o llevadoras, hay algo fuerte que será difícil de romper.

-En realidad, y en conclusión, puede suceder lo que sea siempre y cuando haya afecto real entre los involucrados. Podrán ir a la cárcel juntos o verse en las circunstancias más ridículas del mundo, pero si los dos están dispuestos a seguir no importa qué, nada ni nadie quebrará lo que tienen.