El comercio
Los socorristas buscaban este lunes a los desaparecidos en unos barrios completamente cubiertos de barro y entre los escombros de viviendas en el oeste de Japón, donde ya fallecieron 114 personas debido a las lluvias torrenciales.
El primer ministro Shinzo Abe canceló un viaje internacional para hacer frente a la peor inundación en Japón desde 1983, por la que millones de personas han tenido que huir de sus casas. Las autoridades dijeron que aún era pronto para medir el impacto económico concreto del desastre.
Este balance podría empeorar a medida que avancen las labores de búsqueda de desaparecidos.
En la ciudad de Kumano, unas enormes riadas de barro arrasaron unas casa que ahora no son más que pilas de madera, constataron periodistas de la AFP.
El sol abrasador empezaba a secar el barro. Los rescatistas, ayudados con máquinas de obras, palas y motosierras, buscaban rastros de una docena de personas desaparecidas.
«Estamos retirando los escombros donde podemos. También retiramos casas destruidas, si no, es imposible llegar hasta los posibles supervivientes atrapados debajo», explicó un militar.