Noticias El Periódico Tarija

Cnl. DESP. Rommel C. Raña Pommiér
Estimados lectores de EL PERIÓDICO, continuando con el ciclo de artículos sobre la influencia de las redes sociales en el comportamiento humano, planteo a continuación una pregunta que debemos hacernos todos:
Cómo prevenir el ciberacoso?
De cara a detectar casos de ciberacoso, algunos indicios que pueden resultar útiles serian la monitorización y vigilancia de cambios de hábitos y del uso de dispositivos con acceso a Internet (incluyéndose la ocultación cuando se los usa), faltas de asistencia a clase, abandono de actividades predilectas, reducción drástica del rendimiento escolar, cambios en la manera de comer, variaciones de peso, vómitos y diarreas sin motivo aparente, ausencia de contacto visual, miedo a los recreos, cercanía excesiva a los adultos, apatía, o falta de defensa ante bromas que pueden parecer inocuas.
Asimismo, cuando el ciberbullying es muy intenso y se prolonga durante meses es posible que las víctimas acaben presentando patologías de la personalidad o del estado del ánimo, tales como depresión severa o fobia social, incluso llegando (como en el caso ficticio anteriormente recreado) a conducir al suicidio de la víctima.
Además, muchas de las víctimas son coaccionadas para mantener la ley del silencio por miedo a las consecuencias de denunciar. Esto causa un descenso del rendimiento escolar, que a su vez retroalimenta el descenso de autoestima. Las víctimas de ciberbullying continuado también perciben menor apoyo social, y a la larga se dificulta la futura vinculación afectiva con terceras personas, inhibiéndose el desarrollo social.
¿Qué hacer si se detecta un caso de ciberacoso?
En el caso de detectar una situación de éste tipo, es necesario establecer una comunicación fluida con el alumno y su familia, haciéndole ver que está viviendo una situación inmerecida de la que el menor no tiene la culpa, ayudando a denunciar el caso y haciendo sentir un apoyo continuado. Resulta imprescindible enseñar y contribuir a recaudar pruebas del acoso (como por ejemplo capturas de pantalla o empleo de programas que graben las conversaciones), con el fin de probar su existencia.
Para remediar la existencia del ciberacoso es fundamental el establecimiento de medidas preventivas.
Del mismo modo resulta fundamental trabajar con el/la alumn@ agredid@ y el alumno agresor, con el fin de mostrar apoyo y mejorar la autoestima del primero y despertar la empatía del segundo haciéndole ver los posibles daños que puede causar su conducta tanto al agredido como a otros (incluyéndose a sí mismo).