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Lavarse las manos con jabón puede salvar más vidas que una vacuna, pues reduce en 40 % los casos relacionados con la diarrea y 25 % el contagio de infecciones respiratorias

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en 2015 únicamente 39 % de la población mundial tenía la posibilidad de eliminar de forma segura la orina y las heces a través de un sistema de saneamiento confiable. Se estima que al menos 2 mil 300 millones de personas aún no cuentan con las condiciones necesarias para eliminar este tipo de residuos; no obstante, la deficiencia de dicho servicio ha ocasionado al menos 280 mil muertes, entre las cuales la diarrea se posiciona como la enfermedad más frecuente, pues es la que se contagia más fácil. Esto se debe a que la mala higiene contribuye en gran medida a su propagación. Lo cierto es que ésta y otras enfermedades pueden evitarse si reducimos el contacto con los diferentes virus y bacterias que las provocan.

Aunque no siempre podemos controlar la calidad en los servicios que nos ofrece un sitio para este tipo de necesidades, sí podemos prestar más atención a estos factores que podrían afectar nuestra salud, pues consideramos que son normales y no representan un riesgo. La próxima vez que utilices un baño público considera algunas aspectos que podrían evitar que pesques alguna enfermedad peligrosa.

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No bajar la tapa del inodoro

Aunque en la mayoría de los baños públicos no hay tapas en los asientos, son indispensables para la higiene. Debe bajarse primero la cubierta y después tirar de la cadena del agua. Cuando se descarga la caja, el agua viaja a cierta velocidad y presión, lo que ocasiona que algunas gotas salgan de la taza y vuelen por el aire, permitiendo que a través de ellas viajen algunas bacterias que pueden caer en tu cuerpo sin que te percates. Así que si el retrete cuenta con ella, asegúrate de haber bajado la cubierta.

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No lavarse las manos

Para algunas personas no resulta tan importante lavarse las manos o piensan que el hecho de frotarlas con agua significa que están limpias, pero esto no garantiza que se encuentren libres de bacterias. De acuerdo con el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia, lavarse las manos con jabón puede salvar más vidas que una vacuna, pues reduce en 40 % de los problemas relacionados con la diarrea y 25 % el contagio de infecciones respiratorias.

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Poner tus cosas en el piso

Debido a que no todos los baños cuentan con el espacio suficiente o con ganchos que te permitan sostener tu mochila, bolsa, chamarra o cualquier otro objeto, caemos en la necesidad de dejarlos en el piso o recargarlos en cualquier otra superficie. Es importante que tomes en cuenta que casi todas las partes de un baño se encuentran en contacto con bacterias. El suelo no sólo es pisado por muchas personas, en ellos también suele derramarse el agua que se encuentra dentro del inodoro.

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No limpiar el asiento

Al limpiar la taza no conseguirás eliminar los gérmenes que en ella se pueden encontrar, pero sí te aseguras de secarla por completo de residuos de orina o de la misma agua que sirve para desecharla. Por otra parte, si recubres el asiento con papel tampoco significa que tengas algún tipo de protección. En cambio, si doblas un poco de éste y lo colocas en la parte delantera para levantar ligeramente el asiento, tendrás menor contacto con los gérmenes, esto de acuerdo con el microbiólogo Jason Tetro, autor del libro The Germ Code: How to Stop Worrying and Love the Microbes.

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Tocar cualquier objeto

Es inevitable no tener contacto con cualquier cosa, pero sí es importante que evites agarrar cualquier elemento que se encuentre dentro de un baño, pues no sabes qué tan sucio pueda estar. Éstos pueden ser un conducto de agentes nocivos. Después de lavarte las manos es esencial que no tengas contacto ni con el mismo grifo del agua, pues de nada habrá servido que hayas desinfectado tus manos.

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Mantener una mala postura

Seguramente has escuchado que lo mejor es no tener contacto con el asiento de la taza para evitar las infecciones, por eso dicen que la mejor manera es mantenerse en cuclillas sobre ella. Sin embargo, al adoptar una postura forzada se incrementan las probabilidades de contraer una infección, pues esto impide que puedas orinar de manera adecuada al volver más lento el ritmo de la evacuación.

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Usar el secador de manos

Aunque no se recomienda recurrir a las toallas de papel para secar el agua de las manos, tampoco resulta la mejor opción elegir el secador. Un estudio publicado por Journal of Hospital Infection en Reino Unido llegó a la conclusión de que el aire que es expulsado mediante este aparato ayuda a que las bacterias se propaguen en el aire 27 veces más rápido de lo normal. En algunos casos los microbios pueden salir disparados hacia la boca, por lo que es mejor optar por el secado tradicional con papel.

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No sentarse en la taza de baño es algo con lo que siempre lidian las mujeres; sin embargo existen otros problemas ante los que se enfrentan día con día.