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El alcalde titular de Quillacollo Eduardo Mérida, quien cumple una huelga de hambre con las manos esposadas desde el lunes, afirmó que la “dictadura se está enraizando en Bolivia”, porque no encuentra justicia para ser restituido vía acción de amparo constitucional que fue interpuesto, luego de su inusual suspensión vía Concejo Municipal.

En diálogo con radio Pío XII-Cochabamba de la red Erbol, Mérida se declaró como el alcalde más perseguido en Bolivia por los 31 juicios que le fueron abiertos a instancias del Movimiento Al Socialismo (MAS) que para suspenderlo – según dijo – ha utilizado concejales, jueces y fiscales solamente con “el fin de dar golpe en democracia”.

“Mi pecado es haberle ganado al MAS, yo no soy ni de la izquierda ni la derecha, sino un ciudadano elegido. Me acusan de un supuesto delito electoral por haber, supuestamente, falsificado una certificación militar; no tengo sentencia condenatoria ejecutoriada sino una sentencia política”, declaró.

Dijo que el MAS y los 11 concejales se inventaron una ley para suspenderlo del cargo, aplicando el “voto de censura constructiva” que fue anulado por el Tribunal Constitucional Plurinacional y utilizando a un juez que fue llamado por Feliciano Vegamonte, Viceministerio de Interculturalidad, para dar competencia a los concejales a suspenderlo.

Explicó que ante el caos jurídico que ha generado el juez, interpuso una acción de amparo constitucional, pero lamentó que “otro juez vendido al MAS” no le haya dado tutela ni restituido sus derechos.

Aseguró que en este momento la ciudad de Quillacollo tiene dos alcaldes: un titular Eduardo Mérida y un suplente Eduardo García que fue habilitado sin que el titular haya renunciado, revocado ni tenido sentencia ejecutoriada y sin que tenga ninguna clase de impedimento.

“Cuando no hay ley ni hay justicia, entramos a un sistema de dictadura y esto no solamente está pasando en Quillacollo, sino en El Alto, en Cochabamba, es decir la dictadura se está enraizando en Bolivia. Me ponen un juicio, me dan el golpe luego me dan libertad. ¡Qué es esto! ¿Venezuela? Las manillas que tengo en mis manos es para desenmascararlos, me han fabricado 31 juicios y decirle al presidente que deje gobernarnos, deje la dictadura”, declaró.

Un activista que lo respalda precisó que ya cumplen casi 21 días de huelga de hambre y dos fueron dados de baja por razones de salud pero 19 personas continúan con la medida de presión en plena plaza principal.