
Cultura Colectiva
¿Has oído hablar sobre el famoso «truco» en el que algunos animales son condicionados a través del sonido de una campanilla? Ivan Pavlov fue quien inventó este curioso método. Experimentó haciendo sonar una campana antes de alimentar a algunos perros. Finalmente estos adoptaron un comportamiento condicionado al relacionar dicho sonido con la acción de comer; al grado de que el simple estímulo auditivo activaba el sistema digestivo de los perros sin necesidad de presentarles el alimento.
Más o menos así funciona el cerebro de los seres humanos, éste se encuentra «condicionado» por ciertas costumbres y experiencias que nos definen desde que estamos dentro del vientre materno hasta el día de hoy. Entre esos condicionantes se encuentran múltiples expresiones y elementos como sonidos, miradas, ademanes, movimientos, señales, colores o palabras que influyen y/o dirigen nuestras decisiones, pensamientos, emociones y acciones hacia un camino siempre con cierta intención.
En particular, las palabras que escuchamos o elegimos para formar una frase dejan una profunda impresión en las personas que nos rodean. Éstas son un intercambio formal compuesto por un vocabulario y tono de voz particular que inminentemente posee un poder de menor o mayor valor. Sin importar la situación en la que nos encontremos las palabras se convierten en el arma más influyente y a la vez desapercibida, con la que podemos obtener todo lo que queramos.
Existen 10 palabras únicas con las que los demás nos darán todo lo que queramos si las sabemos emplear en el momento y la frase correcta.
10. Porque
Cuando deseamos o necesitamos explicar nuestras motivaciones usamos esta palabra. Misma que Robert Cialdini, autor de «Influencia», describe como un vocablo que conjuga dos intenciones: petición + razón. Dicha combinación incrementa la probabilidad de obtener lo que pedimos.
El ejemplo más claro es el que un estudio reveló cuando se descubrió que las personas que piden meterse en la fila del supermercado y explican por qué deben hacerlo (sin importar la razón), disparan un mecanismo en el cerebro de las personas que lo escuchan, el cual genera que cumplan lo que se les pide.
9. Gracias
Una común y simple expresión de agradecimiento tiene un poder enorme y positivo en nuestras conversaciones. Esta palabra demuestra nuestro aprecio y provoca que las personas estén más interesadas en nosotros y dispuestas a ayudarnos. Algo tan sencillo como decir: “Gracias por su tiempo” al principio de una junta, marca una diferencia abismal que se verá reflejada en el éxito de esa reunión.
8. Tú
Muchas personas cometemos el error de hablar todo el tiempo sobre nosotros mismos y cuando se trata de una petición el resultado es catastrófico. Expresar nuestras necesidades o favores a través de la perspectiva de la persona con la que hablamos convence al otro de ayudarnos. Pues al sentirse incluidos les interesará crear un compromiso con nosotros, aún si éste sólo implica darnos o hacer algo que necesitemos.
7. Si…
Este condicional nos permitirá volver real una situación que nos favorezca, ya que emplear el «si» como un probabilidad, implica comprometer al otro en los resultados hipotéticos de lo que le estemos pidiendo. Por otro lado, hacer una investigación previa para presentar nuestras ideas, aumenta las probabilidades de obtener algo. Por ejemplo: “Si elegimos la opción A, tendremos incrementos de productividad y costo…”.
6. Podría
Usar esta palabra le da un sentido de apertura a nuestras frases. «Podría» es lo opuesto al «no» y «jamás», pues al mencionarla mantenemos la conversación positiva. Lo cual es muy importante en caso de que nuestro interlocutor tenga un contrargumento a nuestra petición. Por ejemplo: “Podría encargarme de más cosas y tener trabajo extra, pero preferiría tener más flexibilidad en las fechas de entrega”; en este caso nuestra postura, a pesar de significar un «no», es positiva.
5. Nosotros
Al igual que la palabra «tú», «nosotros» centra al otro como foco de atención. En primer lugar nos hace parecer menos egocéntricos y más abiertos al diálogo. En segunda instancia implica que nuestro interlocutor sea parte de «nuestro equipo», lo cual le hará creer que todo los beneficios también serán para esa persona.
4. Juntos
«Juntos» implica un grado de familiaridad y cooperación, ambas características dirigen nuestras peticiones a un plano en el que el otro aceptará cumplirlas más fácilmente. El hecho de asegurar que el trabajo será «conjunto» hace que lo que demandamos al otro tenga el resultado esperado.
3. Hecho
Inevitablemente los datos y cifras nos ayudan a persuadir a otro, pero hay que tener cuidado de no respaldar nuestras peticiones con información falsa. Los hechos fortalecen nuestro diálogo y orillan al otro a cambiar de postura.
2. Abierto
Es evidente que durante una conversación no estaremos de acuerdo con absolutamente todo lo que la otra persona nos exprese o afirme. Sin embargo, negarnos a escuchar lo que alguien tiene que decir es totalmente contraproducente. Es decir, si en lugar de decir «no» utilizamos la palabra «abierto” para envolver a otro en nuestra petición, esa persona no se sentirá agredida o desaprobada, por lo tanto intentará complacernos.
1. Vas / Voy
Ambas conjugaciones transforman una acción al tiempo futuro y comprometen al otro a llevar nuestra conversación al plano de la realidad. Decirle a nuestro escucha «vas a hacer algo» transforma cualquier frase en una acción concreta y afirmativa. De esa forma mitigamos las posibilidades de una falla en la comunicación.
Incluir estas palabras en nuestras conversaciones puede resultarnos complicado en un principio, pero como todo hábito, la práctica nos volverá expertos en el tema. Ninguno de estos términos son mágicos ni afectan a un nivel psíquico, no se trata de ningún controlador mental. Mas, utilizadas en el contexto correcto son capaces de abrirnos las puertas que necesitamos para obtener lo que queremos. Finalmente, el vocabulario no deja de ser un inteligente medio de persuasión desde tiempos remotos.