Noticias El Periódico Tarija

– Diego Costa marcó el gol del triunfo, la Furia acabó agobiada y suplicando el final de un partido incómodo como no pudo sospechar

AGENCIAS
España dio un paso de gigante hacia los octavos de final gracias a una trabajada y ajustada mínima victoria (1-0) sobre Irán, que resistió el empate durante 54 minutos y con el marcador en contra buscó como buenamente pudo un empate que llegó a rozar, condenando a la selección de Fernando Hierro a un sufrimiento que a priori era difícil de imaginar.
Ganó España, sí, pero lo hizo padeciendo una recta final de partido impensable, aguantando el balón como podía ante la rebelión persa, achicando contra un equipo capaz de entregarse hasta el último suspiro en busca de un empate que llegó a abrazar. Pero que no llegó.
Paciente de entrada, consciente de enfrentar a un rival ultradefensivo, la selección española apostó por la combinación y la tranquilidad, con el eje Busquets-Iniesta como inicio y continuación de la jugada en busca de un hueco imposible entre la telaraña montada por Queiroz, que planteó una defensa con dos líneas en la que los diez jugadores de campo se multiplicaban, aplicados, en defender un 0-0 que se adivinaba milagroso…
De esta manera transcurrió entre el monólogo y el bostezo una primera mitad insulsa y en la que el absoluto dominio hispano no se tradujo en ocasiones claras, marchándose al descanso con evidentes signos de contrariedad y entendiendo que no le resultaría sencillo imponer su superioridad.
SUSTO, GOL Y CAMBIO
Si el partido comenzó al ralentí, lejos de la intensidad esperada y con España contagiándose del ritmo rival, la segunda mitad fue una historia totalmente distinta. Salió revolucionado el equipo de Hierro, disfrutando de hasta dos buenas ocasiones casi consecutivas y a la tercera logró el gol que lo cambió todo.
Llegó el gol del supuesto respiro. Fue cuando, por fin, Iniesta encontró ese pasillo imposible para darle en el área un pase adelantado a Diego Costa que acabó marcando de rebote en la pelea con Rezaeian y Pouraliganji para dar aire a España. Se llevaban 54 minutos y, parecía, el triunfo estaba encaminado.
Ahí, sin embargo, llegó el tercer acto distinto en el partido. Derrotado en el marcador, el equipo iraní dio un paso al frente y todo lo que fue antes defensa lo convirtió en un novedoso sistema en el que al aguante le añadió el atrevimiento. Se estiró Irán, tomó por sorpresa a España y de forma extraña el duelo hasta se equilibró.
Un cabezazo de Taremi que se marchó fuera por poco fue el preludio del gran susto, cuando poco después de la hora de partido, en un balón colgado al área la defensa española no supo rechazarlo y Azmoun acertó a rematarlo a gol… Anulado con justicia por su anterior posición de fuera de juego.
España cumplió… Y abraza los octavos de final a la espera de jugar el último partido del grupo ante una selección marroquí que ya está eliminada. Espera Rusia o Uruguay… Y, desde luego, el equipo de Fernando Hierro deberá recuperar la buena imagen mostrada en el estreno frente a Portugal