La mujer que siempre estuvo enamorada de Cerati y se conformó con sólo ser su amiga

Cultura Colectiva

Lo admiraba y le quería, pero ante todo, era su amiga y prefería tenerlo en su vida a perderlo por confesarle sus sentimientos. Shakira estaba enamorada de Cerati.

El primer amor puede ser el más sincero, el más caótico y dramático, pero es necesario. Nos prepara para futuros amores, nos hace reflexionar sobre las condiciones de nuestro corazón y nos pone a prueba sobre qué estamos dispuestos a hacer por alguien a quien le entregamos el corazón. Por lo general, ese primer amor es un crush, un famoso que nos quita el sueño, nos hace gritar y le vemos con tanto amor que los apoyamos a cada momento sin importar que haya que hacer. Coleccionamos todo, descargamos fotos, colgamos pósters, asistimos a los conciertos y hasta lloramos con su música.

Todos hemos sido esa persona en el público en primera fila cantando a todo pulmón, llorando de emoción, sintiendo el corazón acelerarse a cada minuto y con un choque eléctrico en todo el cuerpo cuando cruzas la mirada con aquellos «dioses» que están sobre el escenario… Pero ¿qué pasaría si el destino te lleva a ser parte de su vida? Serías las persona más feliz del mundo, no sería necesario mirarte al espejo y repetirte cuanto amas tu trabajo, lo harías con tanto empeño que te felicitarían con frecuencia y con algo de suerte, lograrías entrar en su círculo íntimo o quizá —lo más probable— poco a poco te conviertas el fan que se convierte en un miembro más de la banda; sólo un amigo. Pero la final, ¿qué importa? estás en su vida y eso es lo que cuenta. Tienes su número, te ayuda en tu carrera, te aprecia, ¿no es eso un gran avance? Shakira piensa que sí.

Como cualquier adolescente del mundo, Shakira estaba enamorada de un famoso. A diferencia de sus amigas, no amaba al actor de moda, tampoco soñaba con una boyband, ella amaba con locura al líder de Soda Stereo. Gustavo Cerati la influenció desde pequeña, ya que lo veía en las revistas, sobre el escenario, en sus pósters y afiches de conciertos y no podía evitar esbozar una sonrisa al ver su rostro. Ella buscaba su rostro en los chicos de la escuela; apenas veía un peinado similar, sabía que esa persona debía ser su amigo y pasaba horas contemplando los discos de los argentinos mientras coreaba cada una de sus canciones tan fuerte que esperaba que Cerati la escuchara.

La colombiana ya era conocida por hacer pop bien pensado, con sentido y letras dignas de ser cantadas por todos. Poco a poco se ganaba el cariño de fanáticos a lo largo de Latinoamérica y entraba lento al mercado de habla inglesa. En 2005, su productor le dijo tenerle una sorpresa que la haría la mujer más feliz del mundo, quizá la haría dar un paso más. De ser la fan que llora en el concierto, pasaría a ser la artista con la que Cerati quería participar. Ella se petrificó. El argentino, amablemente le extendió la mano y ella trató de mostrarse natural, pero no lo consiguió.

Lejos de huir o verle con malos ojos, al cantante le pareció una mujer real, tan tierna que no dudó en alabarla por su talento. La cantautora no cabía de tanta felicidad, pero anteponiendo su profesionalismo, trató de sostener conversaciones musicales con el monstruo del rock en español, mismo que se postraba frente a ella con su melena alborotada, sus ojos cansados y su acento. Shakira se sentía la más afortunada del mundo. Sin embargo, Cerati era mucho más que ello y en lugar de sólo alabarla, halló confianza en la colombiana, quien se convirtió en una persona cercana al argentino.

«Lo pasé tan bien con él, a veces nos juntábamos a hablar a solas. Era una persona que confiaba mucho en mí. Creo que me consideraba su amiga […] Me acuerdo de que nos reíamos mucho juntos, y también teníamos momentos de más profundidad, en conversaciones sobre cuestiones existencialistas». Pero Shakira sentía algo más profundo por él. Tal vez sólo era admiración o quizá lo estaba idealizando, pero en definitiva, ella siempre pensó más allá. Cerati estaba casado y cuando se divorció comenzó a salir con una mujer muy bella. La cantante, como la gran amiga que siempre fue, lo apoyó.

Para su álbumes Fijación oral vol. 1 y Fijación oral vol. 2 Cerati colaboró en tres canciones, destacadas por fanáticos de la colombiana quienes han dicho que son de las mejores de la cantante. La más bella es «Día especial», que habla de una esperanza en el amor a pesar de los malos pronósticos. ¿Sería este tema una especie de declaración? Tal vez. Shakira la tradujo al inglés y fue también un éxito. De igual manera, hicieron una colaboración en el festival Live Earth, en donde ambos interpretaron «Día especial». Entonces, luego de algunos años de amistad y colaboraciones, la muerte se llevó al cantante, dejando una Shakira desconsolada; la dejó abandona como a cualquier fan, amiga y mujer.

En la actualidad, ella asegura que siempre fue su amiga, pero que lo quería como no imaginó. Lo admiraba y le quería, incluso le pidió que le regalara una de sus pertenencias más grandes: un diccionario personal que él mismo realizó a lo largo de la vida y aunque no lo tiene en posesión, mantiene en la memoria grandes anécdotas como su amigo, ídolo y amor imposible. Por ello, le dedicó «Sale el sol» «Esta canción va para todos los que alguna vez pasamos un momento difícil. No importa qué tan mal se vean las cosas, hay luz al final del camino. Esta canción quiero dedicársela a mi gran amigo Gustavo Cerati. Gustavo, después de la tormenta, sale el sol». Desafortunadamente, eso no pasó, pero en Shakira vive el recuerdo del músico que despertaba en ella una gran admiración y también un gran hombre que se mantuvo en su vida como un amigo y como un amor imposible.