Este despliegue se incrementó en los últimos días, tanto en los límites con Gaza como con Cisjordania ante el incremento de las protestas.
Desde el inicio de la tensión, de acuerdo a declaraciones del jefe del estado mayor del ejército israelí, Gadi Eisenkot, las fuerzas de Israel contaban con la autorización de abrir fuego real para evitar que los palestinos cruzasen la valla fronteriza.
Y dentro de esa estrategia, el uso de francotiradores se convirtió en uno de los elementos más controversiales y mortíferos.
¿Normas para abrir fuego?
Pero, ¿qué reglas siguen estos efectivos a la hora de intervenir? Y ¿hasta qué punto cumplen con el derecho internacional?
«Lo que sabemos sobre esas normas lo conocemos a través de declaraciones públicas, entrevistas concedidas por generales y voceros del Ministerio de Defensa. Y también al observar lo que sucede sobre el terreno», explica en declaraciones a BBC Mundo Michael Sfar, abogado israelí especializado en derechos humanos.
«Y lo que sabemos es que bajo ciertas circunstancias, las normas para abrir fuego permiten atacar a civiles desarmados que no suponen un peligro inminente para la vida de otras personas. Permiten atacar a lo que el ejército denomina agitadores centrales o principales con munición real», agrega.
La organización a la que representa Sfar, Yesh Din, presentó este martes junto a otros grupos por la defensa de los derechos humanos una petición ante la Corte Suprema de Israel para que tome medidas condicionales contra estas prácticas del ejército.
De acuerdo con Sfar, la actuación de las fuerzas israelíes -entre ellas la de los francotiradores- viola el derecho internacional.
«El derecho internacional permite poner en riesgo la vida humana solo para proteger la vida humana. Y no por cualquier otra razón. Por desgracia, en este conflicto, el ejército permite a sus francotiradores disparar cuando los manifestantes ponen en peligro no solo la vida sino también la valla», asegura el experto.
La justificación del ejército israelí
El ejército israelí, en cambio, defiende sus acciones de forma contundente.
El argumento de fondo es que las protestas fueron organizadas por Hamas, un grupo considerado terrorista por Israel, y por tanto la movilización se trató de un acto terrorista.
«Los disturbios no fueron organizados por académicos. Fueron organizados por una organización terrorista reconocida internacionalmente, que es Hamas», dijo en el programa de radio Today de la BBC el general Jonathan Conricus, vocero internacional de las fuerzas armadas israelíes.
«Quizá no lo cuenten a la BBC en inglés, pero en árabe, cuando le hablan a su propio pueblo, dejan muy claro de qué va toda esta farsa. Se trataba de marchar sobre Israel e invadir comunidades israelíes», respondió el general cuando la preguntaron por las razones que llevaron a los francotiradores israelíes a abrir fuego real contra los manifestantes palestinos.
Los francotiradores en el ejército israelí
En los días previos a los enfrentamientos del lunes, aviones militares israelíes lanzaron folletos sobre la Franja de Gaza para advertir a la población de las consecuencias que podría acarrear la participación en las protestas convocadas por Hamas.
«No se acerquen a la valla y no participen en el espectáculo de Hamas, que les pondrá en peligro», se podía leer en los avisos. Desde Gaza, muchos vieron estos mensajes como una forma de amenaza.
La presencia de francotiradores, específicamente entrenados para disparar contra objetivos a larga distancia, está extendida en el ejército de Israel, un país donde el servicio militar es obligatorio.