Cultura Colectiva
«Tendría que dejar de vivir para dejar de amarte».
Si lees o escuchas el nombre «Marqués de Sade», no piensas más que en sexo, perversión, erotismo, sadomasoquismo o placer. Casi nadie conoce el lado romántico y entregado del autor, pero –de hecho– Sade era un hombre que anhelaba un amor por convicción y no por contrato. Esto lo sabemos gracias a una carta que el filósofo y escritor francés redactó, en la cual expresa que –a pesar de sus múltiples aventuras con amantes y prostitutas– anhelaba una pareja eterna, sublime y genuina.
«Los días, que en un matrimonio por conveniencia sólo traen consigo espinas, hubieran dejado que se abrieran rosas de primavera. Cómo hubiese recogido esos días que ahora aborrezco. De la mano de la felicidad se hubieran desvanecido demasiado deprisa. Los años más largos de mi vida no tendrían suficiente para ponderar mi amor. En veneración continua me arrodillaría a los pies de mi mujer y las cadenas de la obligación, siempre recubiertas de amor, habrían significado para mi corazón arrebatado sólo grados de felicidad. ¡Vana ilusión! ¡Sueño demasiado sublime!»
Todos –en el fondo– deseamos esa relación infinita, sincera y romántica; para ello se debe dar el primer paso: declararle a esa mujer lo que sientes. ¿Qué mejor forma de hacerlo que a través de una frase en francés de la literatura?
«Qu’un peu de votre voix a passé dans mon chant».
«Que un poco de tu voz ha pasado en mi canto».
—Marguerite Yourcenar
«Il faudrait que je cessasse de vivre pour cesser de vous aimer».
«Tendría que dejar de vivir para dejar de amarte».
—Marqués de Sade
«Je voulais que le monde entier sût combien tu étais, merveilleusement, incroyablement, inimaginablement belle. Te montrer à l’univers, le temps d’un éclair, puis m’enfermer avec toi, seul, et te regarder pendant l’éternité».
«Quería que todo el mundo supiera lo maravillosa que eras, maravillosamente, increíblemente, inimaginablemente hermosa. Para mostrarte el Universo, el momento de un destello, luego para encerrarme contigo, solo y mirarte por la eternidad».
—René Barjavel
«Moi, je voudrais m’enfoncer au plus profond de l’amour partagé et permis, comme dans une tombe, et que tout cesse, et que tout cesse. Moi qui aime tant d’être aimée, j’aimerais moi-même aimer un être dont il dépendra entièrement de moi que je me fasse aimer».
«Me gustaría hundirme en las profundidades del amor compartido y permitido, como en una tumba y todo que todo se detenga, que todo se detenga. Yo, que amo mucho ser amado, me gustaría amar a un ser que dependerá por completo de mí, que me haga amar».
—Henry de Montherlant
«Quand je lève les yeux vers vous on dirait que le monde tremble».
«Cuando te admiro, parece que el mundo tiembla».
—Antonin Artaud
«Je suis plein du silence assourdissant d’aimer».
«Estoy lleno de un ensordecedor silencio para amar».
—Louis Aragon
«Amour Chéri, tu es pour moi le plus beau de la vie et le plus noble de la terre».
«Amor, cariño, eres para mí la más bella de la vida y la más noble de la Tierra».
—Guillaume Apollinaire
«Je n’ai pas passé un jour sans t’aimer; je n’ai pas passé une nuit sans te serrer dans mes bras; je n’ai pas pris une tasse de thé sans maudire la gloire et l’ambition qui me tiennent éloigné de l’âme de ma vie».
«No pasé un día sin amarte; no pasé una noche sin abrazarte; no tomé una taza de té sin maldecir la gloria y la ambición que me mantienen alejado del alma de mi vida».
—Napoléon Bonaparte
«Je dédie à tes pleurs, à ton sourire, mes plus douces pensées, celles que je te dis, celles aussi, qui demeurent imprécisées et trop profondes pour les dire».
«Me dedico a tus lágrimas, a tu sonrisa, a mis pensamientos más dulces, a los que te digo a esos también aunque siguen siendo imprecisos y demasiado profundos para decirlos».
—Emile Verhaeren
«Le monde a soif d’amour: tu viendras l’apaiser».
«El mundo está sediento de amor: tú vendrás a apaciguarlo».
—Arthur Rimbaud