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Cultura Colectiva

Estas canciones son de un amor diferente, que ya no duele, de uno que puede ser un faro mientras se está a la deriva.

Cuando se escribe, se hace un poema, un verso o una canción, no hay tema más recurrente y manoseado que el amor. El éxito del trabajo que hable de él es la forma de hacerlo, la forma de decirle a alguien más que un corazón herido es cotidiano, pero no la forma de sanarlo. Así es como muchas canciones de Silvina Moreno entre folk y pop hablan de amor, pero de amor diferente, del que ya no duele, de uno que puede ser un faro mientras se está a la deriva.

A los diez años descubrió su pasión por la música. En la adolescencia fue voz de A New Brick In The Wall y London Eye (bandas tributo a Pink Floyd). Con ellas llegó a los escenarios del Teatro Ópera, el Coliseo y el Metro de Buenos Aires. Desde 2012, con la reedición de su primer disco, Mañana, realizó un centenar de shows entre Argentina, Colombia, Uruguay, Estados Unidos, Reino Unido, Holanda y Alemania. Siendo aún tan joven tuvo la oportunidad de compartir escenario con Jorge Drexler y Bobby McFerrin en Estados Unidos, y abrir los shows de Coti Sorokin, Estelares, Gilberto Gil y Alicia Keys en su paso por Argentina, y de participar en la Noche de las Disquerías el Personal Fest.

Su disco debut Mañana, en el que expone canciones de su autoría, obtuvo una nominación al Premio Gardel 2013 en la categoría Mejor Álbum Nuevo Artista Pop. Ahora está estrenando «Sofá» con una madurez musical más fuerte que podrás escuchar a plenitud en una de las CC Sessions que Cultura Colectiva realiza con nuevas promesas musicales como Silvina Moreno.

La voz de Silvina y su música aparecieron de golpe sorprendiendo con lo compacto que es su sonido y lo ecléctica que suena su propuesta: un fiel acento argentino pero de estética mundana y destellos jazzeros.

En algunas de las entrevistas ha hablado sobre sus influencias dejándonos saber que gracias a su padre, de gustos clásicos (no en cuanto al sentido estricto del género) escuchaba a Clapton, a los Beatles. Pink Floyd era la música rara que escuchaba su mamá, que ponía The Wall encerrada en su cuarto; y tuvo su época de obsesión con Syd Barrett. Después vino el jazz de Billie Holiday, el blues de Etta James. Algo de Aretha Franklin también. Quizá de ahí viene ese énfasis en la voz. Claro que la rubia cantante tiene una formación profesional en la música:

«Yo me quería ir a Berklee y una vez allá sentía que ese era mi lugar. Pero comencé a sentir ese desarraigo, que es durísimo. De a poco me fui volviendo muy argentina y empecé con el mate, el vino y a cantar en español. Allá estaba cómoda por el ambiente en el que me movía, por la empatía con los artistas, pero extrañaba… Mi viejo me dijo que le diera una chance a la Argentina, que probara, y fue un acierto. En Argentina también está todo eso que yo buscaba en Estados Unidos. Está llena de artistas, de músicos y de gente que tiene las mismas aspiraciones y sueños que yo. Me tuve que ir y encontrarlo en otro lugar para después volver y darme cuenta que acá estoy bien».

En YouTube tiene más de 4 mil suscriptores y mas de 2 millones de reproducciones, por lo que su potencial habla por sí solo. Ésta es nuestra recomendación, así que síguela y disfruta también de la entrevista que realizaos después de la sesión musical.