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Cultura Colectiva

No necesitas ser un amante de los deportes extremos para saber qué es la adrenalina. La conociste desde niño, cuando rompiste con un balonazo el vidrio de la vecina y te echaste a correr. La volviste a sentir en la secundaria, después de que te acercaste a hablar con la chica que te gustaba mientras todos tus amigos observaban. Ahora que eres adulto, te llega de golpe cada vez que revisas tu estado de cuenta.

Si esa sensación de hormigueo en las manos, corazón a mil por hora y respiración agitada fuese desagradable, los parques de diversiones estarían vacíos y, definitivamente, tendrían que llamarse de otro modo. Nuestro cuerpo puede experimentar diferentes niveles e intensidades de adrenalina. Usando los Puntos de Adrenalina (PA), podrás saber cuánta corre por tus venas y descubrir si eres un adicto, sólo debes pensar si has vivido una situación así y sumar tus puntos.

Invitar a salir a tu crush

Lo supiste desde que te acercaste a esa chica en la secundaria: hablar con alguien que te gusta es un derroche de adrenalina. Quizá ahora creas que eres muy cool y sabes manejar los nervios… está bien, sólo procura que no note tu mano sudada cuando te acerques a saludarla.

Estar a punto de perder un vuelo

“Cinco minutos más”, dijiste cuando sonó tu alarma… y ahora estás rezando porque el capitán del avión también se haya quedado dormido. Si nunca has corrido por la terminal arrastrando una maleta mientras contienes el llanto, ¿qué puedes saber tú de adrenalina?

Llegar en bicicleta al trabajo

Te subes a la bici, todo es risas y diversión hasta que llegas al primer semáforo. De repente, esquivas un auto, un bache, a una ancianita y ahora estás pedaleando por tu vida entre un tráiler y el metrobús. Cuando por fin llegas a la oficina, has cambiado, ahora te asumes como superviviente.

Una llamada de tu ex

Creías haber olvidado el asunto, luego ves su nombre brillar en la pantalla de tu celular y ya no sabes si contestar como si no te hubiera costado dos años de terapia superarla, aventar tu teléfono por la ventana o sólo dejarlo donde está, empacar tus cosas y empezar una nueva vida.

Cuando estás distraído en junta y alguien pide tu opinión

Has pasado la última media hora de la junta pensando en cómo se vería tu perro disfrazado de Chewbacca. De repente, todos te miran y esperan que digas algo inteligente… te sudan las manos, tu corazón se acelera y lo único que viene a tu cabeza es, otra vez, la imagen de tu perro.

Los likes delatores

Stalkear es una sana actividad que todos practicamos bajo el entendido de mantener el anonimato. Pero cuando es la una de la mañana y tu dedo resbala sobre la foto de esa chica… siete veces, terminas por aceptar que quizá ya descubrió quién ve sus fotos a la una de la mañana.

Los ruidos en la oscuridad

Todos somos adultos responsables e independientes, hasta que oyes ruidos en la madrugada, recuerdas que vives solo y entonces lamentas no haberte quedado en casa de tus papás hasta los 40.

Dejar la ciudad a toda velocidad

Al fin llegó el fin de semana. En cuanto sale el sol subes al auto, pones tu canción favorita a todo volumen y pisas el acelerador para irte lejos de esta jaula de concreto. La velocidad recorriendo tu cuerpo, el paisaje desvaneciendo a tu lado y tus manos firmes en el volante son esa dosis de adrenalina que te recuerda lo maravilloso que es estar vivo.

Así es la adrenalina, cuando se enciende puede hacer que nuestro corazón se acelere de cero a cien en un instante. Éste es el puntaje que se libera al conducir el nuevo Mustang 2018, el único vehículo capaz de desatar toda tu adrenalina y llevarte a vivir las emociones más intensas.