Cultura Colectiva
Ese oxígeno que representaba el ser amado ahora sofoca en vez de dar vida, esas tardes de tranquilidad que imaginabas cuando llegaran a la vejez ahora parecen ilusiones de un pobre perdedor, incluso ves molestos esos pequeños detalles que antes te enternecían y no sabes cómo expresar los gritos ahogados de desesperación.
El momento de la crisis ha llegado. No sabemos cómo, pero te ha invadido toda clase de pensamientos desconcertantes en tu relación y ya no sabes si vas hacia adelante o hacia atrás. Te atormentan por la noche ideas con alas de demonio, revolotean en tu interior dándote consejos ambiguos y dejando la semilla de la duda en tu interior: ¿Tu destino está marcado junto a la persona que estás, de verdad le amas y no te estás engañando? Porque es muy probable que te estés perdiendo de mucho allá afuera o no permitas el libre crecimiento –emocional y físico– de ambos. O por lo menos eso es lo que piensas.
Sabemos que la felicidad tiene muchos rostros, pero en su momento pensaste que tenía uno muy bien definido (el de quien amas) y que el vínculo nunca llegaría al hartazgo, al cansancio. Pero más que la fatiga es la duda existencial de si habrás escogido un buen camino junto a alguien o no. Esto se presenta con más facilidad cuando, después de cierto tiempo de relación, se permite el paso de la monotonía o de la distancia en muchas cosas, se da la oportunidad al enojo o al reclamo con mayor frecuencia.
Y a veces no damos ese paso ni ponemos las cartas sobre la mesa con tal de no ser la Cate Blanchett de “Blue Jasmin”; creemos que las consecuencias serían tan devastadoras que es mejor permanecer en lo conocido y tocar los límites de una supuesta locura. Suele preferirse el silencio por encima de la verdad encarada.
Comprendemos que no es fácil. A primera vista parece una mejor solución sufrir a su lado que perder los estribos en soledad. Sin embargo, si lo piensas detenidamente te darás cuenta de que ganas más dejando ir lo que realmente ya no es tuyo que seguir abriendo tus heridas. Sí, ahí van a estar las cicatrices, pero mejor hacerlas sanar con el tiempo, ¿no crees?
Vas a extrañar su presencia, nadie lo discute; los primeros días pensarás que la vida es inconcebible, querrás retractarte y hacer de cuenta que nada pasó. No obstante, abre bien los ojos y observa que si has llegado hasta este punto, no es por casualidad. Quizá después de tanta divagación y de haberte puesto a prueba no cambie nada, seguirás tu rumbo hacia el “vivieron felices para siempre” y te reirás en un futuro de esta mala racha. Pero si resulta lo contrario, no desesperes. La vida no acaba aquí, es la honestidad lo que empieza.
Debes poner tu relación en una balanza y recapacitar en sus condiciones si es que uno –o varios– de los siguientes planteamientos se han cruzado insistentemente por tu cabeza. Lee estos 12 pasos para saber si de verdad es amor lo que sientes o sólo te estás dejando llevar por la costumbre de tus actos.
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La compañía
Si tienes planes, sólo invitas a tu pareja porque te causa un remordimiento incalculable excluirlo y en verdad no quieres que esté ahí, hay un problema. Piénsalo.
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Pequeñas cosas
Mentir en detalles insignificantes es lo peor de todo. ¿Por qué en cosas tan intrascendentes prefieres no decir la verdad cuando al principio se contaban todo sin problemas?
Familias
Alguna vez pensaste en darle fin a su relación, pero por la idea de cómo afectaría esto a tu familia o a la suya, decidiste retractarte.
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Resignación
Con frecuencia aceptas planes o ideas no porque estés consciente de que en toda relación a veces toca ceder, sino porque es más fácil decir que sí a quedarse en la flojera hogareña.
Aburrición
Si ya de por sí es un paso difícil lidiar con tus pocas ganas de permanecer en casa, ahora al tener que escuchar sus anécdotas o guardar más silencio del soportable, preferirías haber dicho que no.
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Risas
Sus chistes o bromas ya no ocasionan la simpatía suficiente en ti como lo hacían antes.
Pena
Te percatas de que muchas de sus acciones pueden apenarte a tal grado que quisieras pedirle que se comporte o se calle.
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Sexo
Cada encuentro en la cama o que involucre la desnudez de ambos se vuelve algo protocolario.
Futuro
Te cuesta más trabajo pensar en nuevos proyectos a futuro que afrontar la realidad y dejar eso que fundaron juntos por más cómodo que sea o aunque ya lo hayas asimilado.
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Prioridades
Cuando están juntos piensas en tus otros pendientes y sientes la necesidad de solucionarlos en cuanto antes.
Tiempo
Ya sea por trabajo, escuela o demás; si pasan días sin verse y no te sientes mal, al contrario, experimentas un gran alivio, es momento de que te sinceres al respecto.
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Otros
Piensas que podrías estar mejor con otra persona (que puedes conocer o no) y te atormentas, aunque sea un poco, con esa posibilidad.
Esto no significa que salgas corriendo a terminar con tu relación; siempre puedes hablar las cosas y tratar de encontrar una solución. De lo contrario, también serías un poco egoísta al precipitarte ante algo que involucra a dos personas, a dos maneras distintas de sentir. Pero eso sí, no puedes dejar que las cosas pasen sin intervenir en ellas.