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Cultura Colectiva

«Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?».

Fernando Pessoa

Muchas veces pensamos que las épocas pasadas son mejores. Quisiéramos volver a esos lugares donde todos parecen enamorados, el tiempo se detuvo entre las noches bohemias y la vida alegre, sin preocupaciones de un mundo menos tecnológico y ajetreado. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo será vista esta época en el futuro?, ¿Qué pensarán, en cincuenta años, los habitantes de nuestro planeta acerca de nuestro comportamiento social, nuestras tradiciones y las extrañas maneras de enfrentar el amor?

En la actualidad, cada vez con más fuerza, las personas se rinden ante el amor. La generación X se olvidó de las preocupaciones amorosas y de vivir su vida a través del triunfo y éxito laboral. Para ellos, lo importante no fue tener una hermosa familia, como en generaciones pasadas, sino tener prosperidad y solvencia económica.

Después, la generación Y dejó de lado las convenciones del romance y las relaciones amorosas pasadas para enfrentarse a un amor mucho más racional y lógico. Un concepto en el que las convenciones pasadas no estuvieran presentes, un nuevo amor a través del mundo contemporáneo.

Sin embargo, ¿cómo podemos enfrentar un amor desconocido? ¿un mundo en el que lo importante ya no es un contrato social para casar a individuos, formar alianzas y asegurar un futuro?  Las personas no tienen un instructivo para enfrentarse al amor, pero lo interpretan lo mejor que pueden. Sí, tal vez las generaciones nuevas han dejado de creer en el amor tradicional, pero nos enfrentamos ante uno mucho más equitativo, humano y respetuoso, en el que los dos lados de la relación tienen más equilibrio.

Aún así, muchos aseguran que las nuevas generaciones pierden el interés en tener una relación amorosa, aquella que podría ser fundamental en nuestra vida y nuestra felicidad, pero ¿por qué nuestra generación se ha rendido ante el amor? Descifrarlo resulta complicado, pues hay una serie de factores importantes que nos hacen notar que los factores que juegan en la elección de una relación estable, aumentan. Te presentamos 10 razones por las que cada vez menos personas caen rendidas ante el amor y optan por una vida solitaria.

1.- Nos preocupamos más en la gratificación instantánea que en cualquier otra cosa

Crecimos rodeados del lujo que nos permite tener acceso instantáneo a todo. Si queremos comida, podemos obtenerla rápidamente; si estamos aburridos, tenemos miles de maneras de distraernos desde nuestra casa con consolas de videojuego o simplemente con las aplicaciones del celular. Generaciones anteriores nunca experimentaron algo similar.

La tecnología nos ha permitido hacer nuestra comunicación más rápida, pero también nos hemos vuelto adictos a la gratificación instantánea, y ese mal hábito es el responsable del fracaso de nuestras vidas amorosas. El amor, al contrario de nuestra vida cotidiana, no necesita gratificaciones instantáneas, sino algo mucho más duradero que implique mayor esfuerzo para obtener mayores beneficios.


2.- Hemos construido una cultura que se enfoca en placeres banales como el alcohol y las drogas

Aunado al punto anterior, las drogas y el alcohol se convierten en una de las opciones más sencillas para obtener gratificación instantánea, pues nos producen placer rápidamente. Cuando nos sentimos tristes, vamos a beber con nuestros amigos, si estamos estresados, fumamos tabaco, y si queremos relajarnos y despreocuparnos por un momento de la vida, adquirimos sustancias más fuertes.

Sin embargo, las drogas y el alcohol suelen ser los peores enemigos del amor. Estas sustancias nos dan la ilusión de una realidad distinta, una en la que las emociones son mucho más intensas y nos hace creer que el amor debe ser distinto al que realmente sentimos.

3.- Experimentamos demasiado

Cada año, las personas tienen múltiples parejas, y aunque experimentar no tiene nada de malo pues resulta muy placentero, muchas de esas parejas se convierten en experiencias vacías que en ocasiones nos hacen sentir aún más solos.  Además, no querer tener una pareja estable hace mucho más complicado encontrar a una persona que realmente nos interese.

4.- Nos hacemos más egocéntricos

Ser egocéntricos es algo innato al ser humano, pero en muchas ocasiones nuestro egocentrismo afecta la habilidad de sentir empatía, y como humanos, no nos queda otro remedio que vivir dentro de la sociedad. Una relación amorosa es muy similar a una sociedad, pero sólo de dos personas. Cuando nos enfocamos sólo en nosotros, nuestras necesidades y lo que deseamos, las necesidades de nuestra pareja se nos olvidan y todo comienza a deteriorarse.

5.- Tenemos citas por el placer de tenerlas

Se convierte en un juego o pasatiempo. Salimos con alguien porque eso se espera que hagamos. Creemos que tenemos que enamorarnos y pasar el resto de nuestras vidas con esa persona y pensamos que la mejor manera de hacerlo es teniendo citas lo más a menudo posible. Sin embargo, si lo piensas en una escala mundial, cada vez que alguien sale con una persona que no es adecuada para él, está perdiendo la oportunidad de salir con alguien que sí lo es.

6.- No nos gustan los compromisos

Sin compromiso no existe una relación, así de fácil y sencillo. Una relación necesita de dos y hoy las personas buscan menos responsabilidades porque buscan una vida que encaje en su manera de ser. Por ende, en lugar de centrarse en atender las necesidades de una relación, sólo busca satisfacer las propias.

7.- Continuamos creyendo en los cuentos de hadas

Muchas personas de nuestra generación aún pondrán una película de Disney en su top ten. Crecimos con ellas y aprendimos todo sobre el amor a través de sus historias. El problema recae en que la mayoría de las películas crean falsas expectativas, y cuando encontramos a un gran amor, muchas veces esperamos que sea como en esos cuentos, y que el amor sea para siempre.

8.- Vivimos engañados con la creencia de que lo perfecto es alcanzable

En ocasiones buscamos convertirnos en un individuo perfecto, lo que es imposible. Todos vamos a fallar, veremos amores que parecen ser perfectos en otras personas y compararemos el nuestro. A veces, esas comparaciones nos harán creer que no estamos con la persona indicada aunque en realidad ese amor sea el adecuado. No hay amores perfectos, siempre habrán peleas y discusiones. No habrán historias como las de los cuentos de hadas y tampoco nos sentiremos siempre en las nubes, pero probablemente estar con esa persona aún pueda ser lo mejor que nos haya pasado.

9.- A veces nos olvidamos de incluir a nuestra pareja en nuestras metas y objetivos

El hecho es que las nuevas generaciones se enfocan en un crecimiento y desarrollo individual y eso lo hace ser unas de las más afortunadas en la historia. Tener sueños y objetivos siempre es bueno, muy bueno, pero muchos nos enfocamos en cumplir los objetivos y nos olvidamos de encontrar el amor hasta que esos objetivos se cumplan. En ese camino, muchos no se dan cuenta que tal vez una de las piezas más importantes de nuestra vida era encontrar un compañero de vida.

10.- La mayoría de nosotros somos muy malos en el amor

El amor es confuso, mutable y distinto en profundidad. Puede cambiar dependiendo de la persona a la que amemos. Cada quien ama de una manera distinta pero muchos están perdidos y no saben ni siquiera cómo enfrentar al sexo opuesto.