Cultura Colectiva
Si crees que tener sexo durante la menstruación es malo o que las mujeres no piensan tanto en sexo, es necesario que leas estos datos.
Aún existen concepciones sobre las mujeres que resultan molestas dentro del contexto en el que estamos viviendo.
Miles de hombres aún aseguran que ellos son «el sexo fuerte» y que son mejores que las mujeres, cuando la ciencia ha demostrado lo contrario. Tan sólo basta mirar las investigaciones que revelan que existen múltiples tribus alrededor del mundo en las que las mujeres son señaladas como las proveedoras de los grupos sociales. Al ser más ligeras, son más hábiles al cazar distintos animales e incluso algunas investigaciones sugieren que en el pasado, previo a las religiones, ellas eran las que cazaban mucho más que los hombres.
Asimismo, existen otras ideas cliché y basadas en estereotipos que siguen siendo parte de la mentalidad masculina. Aunque ellos creen que las mujeres son menos promiscuas y que no quieren tener tanto sexo casual, distintos estudios afirman que en realidad ellas están igual de dispuestas a adentrarse en one night stands que sus contrapartes masculinas. Por eso listamos otros de esos mitos que se siguen creyendo y que están vinculados con la sexualidad femenina. Es momento de dejar de creer esos mitos basados en el machismo y aceptar la realidad a la que muchos se han negado.
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Mito: es poco higiénico tener sexo durante la menstruación
Realidad: el sexo durante la menstruación es un tema que aún es visto como tabú y la realidad es que no es poco higiénico ni es desagradable como se ha afirmado durante décadas. De hecho, cuando las mujeres están a punto de menstruar tienen una energía sexual mucho más fuerte, ya que su cuerpo se está preparando para procrear, y el riesgo de embarazarse en esos días es extremadamente bajo, así que es más que perfecto para hacerlo. Es natural, normal, y mientras ellas se sientan seguras, puede realizarse sin ningún problema. La menstruación ayuda a lubricar con más facilidad la zona vaginal, y para aquellos que les preocupa el desorden, se recomienda usar toallas para no manchar las sábanas o tener sexo en la ducha. Asimismo, la actividad podría ser más placentera, ya que a partir del tercer día de que comienza el proceso las zonas erógenas suelen ser más sensibles. No existen pruebas contundentes de que sea poco higiénico, todo es parte de las ideas tabú del pasado.
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Mito: las mujeres no se masturban
Realidad: quien piense esto de verdad tiene un problema. Claro, las mujeres no se masturban tan seguido como los hombres, pero al menos el 92 % de ellas lo hace a lo largo de su vida, según una encuesta realizada a 1000 mujeres. Aunque los chicos lo hacen más de cinco veces a la semana, las chicas lo hacen aproximadamente tres. No necesitan a nadie más para complacerse y les gusta igual o más que a ellos.
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Mito: las mujeres no quieren tener tanto sexo
Realidad: distintos estudios se han realizado sobre la diferencia entre los hombres y las mujeres al pensar sobre el sexo y todos arrojan resultados diferentes. En algunos los hombres piensan más en ello, en otros son las mujeres, lo cual demuestra que generalizar o creer que las personas de un género son más sexuales que los de otro es aceptar un estereotipo que se ha seguido desde hace tiempo y que es completamente falso. No depende del género sino de cada persona. Muchas mujeres piensan seguido en el sexo al igual que un hombre, sólo depende el gusto de cada quien.
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Mito: es fácil embarazarse
Realidad: aunque se crea que los embarazos son fáciles, ya que suceden accidentes o distintos hechos que derivan en una concepción indeseada, en realidad es muy complicado que el proceso se lleve a cabo. No sólo influye la temperatura del cuerpo de la mujer, sino otros factores como la fertilidad en cada una, la salud del semen del hombre y la cantidad de espermas dentro del cuerpo femenino. Asimismo, es necesario que un espermatozoide entre en el óvulo, lo cual también es poco probable si el sistema reproductor no se encuentra óptimo. Por ese motivo, a muchas parejas se les complica embarazarse y deben seguir múltiples recomendaciones por parte de sus médicos para finalmente lograrlo.
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Mito: a las mujeres no les importa tanto el tamaño del pene
Realidad: la cantidad de mujeres que se interesan por el tamaño del pene no se acerca ni tantito a las decenas de hombres que sólo se interesan en el físico femenino. Algo que se menciona comúnmente es que «no importa el tamaño sino cómo lo uses». Cabe destacar que, aunque muchas mujeres afirman que prefieren que el pene no sea diminuto, no tiene que ser enorme para dar placer, asimismo, aseguran que el sexo y el orgasmo involucra muchas otras cosas además del tamaño del pene. En realidad depende del gusto de ella y de la habilidad que tengan los hombres en la cama.
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Mito: todas las mujeres quieren a un hombre musculoso
Realidad: aunque es cierto que a muchas chicas les gustaría tener el cuerpo de Jason Momoa o de cualquier héroe de Marvel en sus brazos, lo cierto es que se sienten más cómodas con un hombre normal, ya sea delgado o ligeramente «llenito». El asunto está en que los músculos suelen intimidarlas, haciéndolas sentir inseguras de su cuerpo; aunque también algunas suelen ganar más confianza en sí mismas. Es un tema complejo y depende del gusto de cada mujer, y aunque muchas sueñen con estar con un tipo lleno de músculos, al momento de la acción podrían pensar diferente. (Esto lo escribo basándome en los comentarios de compañeras y amigas cercanas.)
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Mito: las mujeres no tienen fantasías intensas como los hombres
Realidad: tener sexo en el baño de un avión, en el techo de un edificio, a escondidas en un bosque, ocultos de sus padres. Cualquier fantasía que haya pensado un hombre seguramente también ha pasado por la mente de una chica. Lo cierto es que por el constructo social suelen ser más calladas al respecto, a diferencia de los hombres; pero si pudiésemos ver todas las ideas que pasan por sus mentes, veríamos que en realidad todos somos igual de pervertidos.
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Estas son sólo algunas de las creencias falsas que aún piensan tanto hombres y mujeres y que deberían desaparecer para siempre. En otros aspectos también existen mitos como aquél que dice que la igualdad de género es un término nuevo, cuando en realidad es algo que ha estado latente desde hace milenios; sin embargo, el machismo y el constructo social nacido a partir de él ha hecho que las mujeres sean reprimidas y que se establezcan estereotipos sobre ellas, mismos que aún luchan para que desaparezcan. Es momento de dejar de creer en esas ideas absurdas y comenzar a ver a las mujeres, no cómo un sexo distinto, sino como personas con pensamientos independientes que nada tienen que ver con su género.