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Aún siendo niña, Natalia Lafourcade recibió como regalo de cumpleaños un clavecín que su padre le construyó. El tamaño del instrumento era tan inmenso que apenas alcanzaba a verse detrás de semejante y aparatoso monstruo. Sin embargo, se postraba detrás de él religiosamente y componía melodías que quizá se hayan convertido en algunas de las canciones que coreamos con el corazón en la mano. Desde aquel preciado regalo, Natalia entendió que el amor viene disfrazado de muchas maneras, en ese caso, iba dentro de armonías y un instrumento musical muy diferente a lo convencional, cortesía de un hombre muy especial en su vida, su papá.

Cuando comenzó a estudiar música, a los 16 años, justo a la mitad de la adolescencia, notó que su estómago hacía ruidos extraños, su corazón se aceleraba y sonreía de manera extraña cuando veía pasar a un chico que resultaba ser 10 años mayor. Con ese conjunto de sentimientos y la burla constante de sus amigas, llegó su primer noche de alcohol en exceso en la que terminó confesándole lo que sentía aunque él, notoriamente incómodo, la rechazó. La decepción y tristeza se apoderaron de Natalia, al grado de retornar al clavecín y a su guitarra; experimentado una nueva forma de hacer arte: en depresión.

Entonces, con dos sentimientos completamente opuestos, Lafourcade ha entendido que el amor y la vida no pueden encaminarse por un sólo sentir, hay que vivir de los dos para poder entender a una mujer. Natalia se miraba al espejo y veía las mil caras que tenía, pero pocas veces lograba definir uno de esos rostros, así que optó por dejar de buscarlos y convertir todos y cada uno de ellos en canciones que expresaran la mezcla que estaba dentro de su cabeza y corazón. Retratando la capacidad de tener cientos de sentimientos diferentes entre sí, pero que le den sentido a la vida.

En las siguientes 10 canciones, Natalia nos muestra su interior y el de cualquier chica de alma sensible, es decir, toda mujer sobre la Tierra.

No ocultes tus sentimientos

«Tú sí sabes quererme»

¿Para qué mantenerlos detrás de las sombras? Si el amor se vive y es correspondido, gritarlo es lo mejor que se puede hacer. Que el mundo se entere de los sentimientos más genuinos que pueden existir. Si uno sabe querer, el otro también lo hará.

«Corazón, tú sí sabes quererme como a mí me gusta, por favor no me dejes que soy valiente en corresponderte».

Piensa en tu futuro

«Cursis melodías»

¡Qué importa si pretendes estar con alguien o en soledad! Una mujer que ve en su futuro aventuras y un camino lleno de emociones es alguien que se arriesga y no le importa si no gana; basta con experimentar y encontrar detalles que funjan como la sal de la vida.

«Sobre papeles dibujé caminos que un día cruzaría contigo».

Externa tus miedos, pero no dejes que te consuman

«Azul»

Los miedos y las inseguridades consumen el alma de las mujeres, éstas siempre temen ser ellas mismas. No hay necesidad. El miedo es parte de la vida y precisamente por ello se debe experimentar, para después poder superarlo. ¿Quién le diría que no a alguien que teme por perder lo más valioso de su existencia?

«Tengo miedo de un día perder mis dedos, no tener más amigos que rían conmigo, resbalar en el hielo, caer al río…»

Camina libre y toma aire, mereces un tiempo para encontrarte

«Hora de compartir»

Una mujer que se entrega a su propia libertad con el fin de encontrarse y de hallar dentro de ella lo que le hace feliz. Sólo así podrá sentirse plena para amar y ser amada, pero siempre manteniendo ese aire de autonomía que le hace única.

«Es hora de compartir el almuerzo, es hora de respirar. Caminar, tirando al río piedras rojas»

No temas a los clichés, sé romántica

«Nunca es suficiente»

No hay necesidad de ocultarse detrás de una careta de maldad, cuando una mujer está enamorada, no puede esconderlo; le salen los versos, los poemas, respira amor y exhala aún más amor. El corazón le palpita y la piernas le tiemblan, no es planeado, nace del corazón.

«Mi corazón estalla por tu amor y tú qué crees que esto es muy normal. Acostumbrado estás tanto al amor, que no lo ves. Yo nunca he estado así»

Sé un pecado de vez en cuando

«Soy lo prohibido»

El erotismo no puede lucir mejor que en la piernas de una mujer, en su cintura y en la curvatura de sus pechos. Ellas son capaces de convertirse en el pecado más dulce y sofisticado; con la confianza en sí misma puede ser, un hermoso demonio, un ser mágico lleno de sensualidad y pasión.

«Soy el pecado que te dio nueva ilusión en el amor. Soy lo prohibido».

No retengas lo que no tiene remedio, suelta un poco

«Mírame, mírate»

Si una relación ya no tiene arreglo, es mejor cortar por lo sano a terminar en medio de un romance tóxico y lleno de reclamos y odio. El deseo de pertenecer a algo puede ser aún más doloroso si se forza a algo que no pinta para terminar bien.

«No tiene sentido, si no hay un motivo, un beso para respirar. Se han quedado en la luna los tiernos brazos, se ha llevado la noche lo que fuimos una vez tú y yo».

Crece, madura y evoluciona

«En el 2000»

Está bien crecer y madurar, despertar un día y entender que la vida no es de color rosa y que tampoco habrá unicornios y pegasos rondando el planeta. Crecer es entender la vida de mejor manera o en su defecto, saber que no existe la felicidad perfecta, pero tampoco la agonía eterna. Una chica que ha entendido las simplezas de la vida y las complicaciones de la misma puede seguir su camino sin miedos.

«Ya no soy la de ese cuerpo extraño ahora siente el corazón».

Mantén tu corazón y mente abiertos a nuevas experiencias

«No más llorar»

No hay que encerrarse en el dolor o en la felicidad. Abrirse a nuevas experiencias puede ser señal de un cambio benéfico y la oportunidad de conocer cosas por amor o por simple gusto. El mundo es tan grande que hay mucho espacio para ellas.

«Respiro hondo, respiro profundo. Canto para limpiar en mi alma aquello que de ti ando cargando en mi espalda».

Tira todo y reconstrúyelo cuantas veces sea necesario

«Cuarto encima»

Una mujer vive y se va construyendo conforme pasa el tiempo. El levantarse y reconstruir su mundo es una llamada al éxito, el cual inminentemente llegará al ver la perseverancia de alguien que quiere ser realmente feliz.

«Se mueven bien mis pantorrillas, las fotografías me miran, escapan del cajón».

¿Qué más necesita Natalia Lafourcade para demostrar que en ella hay una combinación de talento, sentimientos y empatía con las mujeres del mundo? Nada. En realidad, ella expresa en sus letras lo que va viviendo, dándole sentido a su música y logrando encontrar un equilibrio entre los más genuinos sentimientos y la necesidad de externarlos.

Natalia se estremece y le canta al oído al amor, tanto como cualquiera de las personas que está leyendo este artículo, que seguramente exhaló un suspiro, sonrió en algún momento o le dio play a un video, sólo para escuchar sus más profundos sentires en la voz de una de las mejores intérpretes contemporáneas.

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