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CULTURA COLECTIVA

Los millennials que han perdido la cabeza con las extravagantes aventuras de Rick y Mortyse han sumergido en una de las series más inteligentes de los últimos años. ¿Inteligente en qué sentido? El abuelo alcohólico y genial (futuro candidato el Premio Nobel de Física, en caso de que Rick fuera un personaje real) más su nieto, que aparece como la víctima favorita de la mente enferma y maestra del primero, tienen la gran virtud de cuestionar algo que pocas veces se lleva a cabo tanto en la vida real como en la ficción: la realidad en la que vivimos.

¿Lo que se ve a simple vista es cierto? ¿Lo que tocamos es producto de una realidad material o de nuestra imaginación? ¿Al despertar seguimos siendo los mismos de ayer? ¿Es posible que podamos estar viviendo en numerosos mundos sin que nos percatemos de ello? ¿Cuántas versiones hay de cada uno de nosotros en esos otros mundos?

Este tipo de interrogantes son las que la caricatura que se erige como una de las favoritas en la actualidad se ha planteado desde su episodio uno hasta el más reciente. La ciencia espacial, la física cuántica, los saltos en el tiempo, los viajes interdimensionales y otros temas no menos trascendentales son la esencia de un programa que cuestiona la realidad en todas sus dimensiones. Rick y Morty llevan a un extremo de irreverencia todos los temas convencionales y no convencionales de la ciencia ficción y la realidad con una soltura y un humor tan ácido que la han hecho merecedora al calificativo de serie de culto.

En la serie confluyen tantos mundos, personajes, situaciones, críticas y alegorías que en un solo capítulo los protagonistas llegan a estar hasta en tres o más escenarios distintos que no forman precisamente parte de la Tierra. Suponiendo que los planteamientos de Rick y Morty fueran reales, ¿qué tendríamos que tomar en cuenta para afirmar que vivimos en un multiverso?

En primer lugar, se nos refiere la idea de que existen una infinidad de versiones de nosotros mimos habitando cada uno de los mundos que se cruzan con el nuestro. Esta idea es una constante en cada capítulo. Incluso se sugiere la teoría de que abuelo y nieto hace mucho que han muerto en alguno de los viajes que hicieron y que son sus versiones paralelas las que sobreviven al día de hoy. Debemos tomar en cuenta que, según la física cuántica y las leyes de la materia, no es posible que un cuerpo pase intacto de una dimensión a otra sin antes haber destruido su composición molecular. Es decir, lo que aparecería del otro lado sería una versión reconstruida de una persona sin ser justamente el sujeto original.

Al despertar, viajar, llegar a un lugar desconocido, envejecer, o al recuperarnos de una enfermedad, quizás estemos entrando a una versión alterna de este planeta sin que lo notemos. Nuestra mente puede seguir intacta y guardando recuerdos de lo que es la “realidad”, mas no así nuestros cuerpos, los cuales ya formarían parte de otra realidad en apariencia conocida para nosotros.

Esto nos lleva a pensar en las teorías que hablan de los Universos Hijos: realidades dentro de otras realidades con las mismas características pero con pequeños cambios y leyes propias que los rigen. Los mundos en los que Rick y Morty (y sus varias versiones de sí mismos) se desenvuelven guardan relaciones entre unos y otros, como la capacidad de abrir portales para que el abuelo y el niño viajen entre ellos, pero cada uno se distingue por tener características y leyes que los identifican uno de otro.

Ni la ciencia ni Rick y Morty son capaces de explicar cómo es la verdadera forma del Universo. Los científicos piensan que en algún punto de su crecimiento, el Universo comienza a ser una copia o repetición exacta de sí mismo debido a que la forma en que las partículas se organizan en el tiempo y el espacio es finita. Si el Universo crece y tiene diversas dimensiones, como nos sugiere Rick y Morty, entonces en todos los universos a los que llegan abuelo y nieto existen copias múltiples de sí mismos que los sustituyen una vez que llegan a ellos.

En diversos episodios se nos sugiere que Rick y Morty podrían estar viviendo en lo que la ciencia ha llamado Universo de Burbujas, una teoría nacida a partir del planteamiento del Big Bang que afirma que tras la gran explosión se formaron bolsones que continuaron inflándose mientras otros quedaba extáticos. Se dice que nuestro Universo es uno de los que quedaron inmóviles (permitiendo la formación de planetas y galaxias) mientras otros bolsones siguen su crecimiento con bolsones universos en proceso de formación dentro de ellos. En alguno quizá haya universos que son una copia exacta del nuestro.

El capítulo que mejor ejemplifica esta posibilidad de distintos universos y versiones de nosotros mismos es aquél en el que nuestros héroes visitan la Ciudadela de Ricks: en ella se encuentran cientos de distintas versiones de Rick con características peculiares, cada una más extraña que la anterior; asimismo, Morty ha sido encarnado por distintas versiones de sí mismo, lo que nos pone a pensar si en otros lados hay alguien igual a nosotros que trabaja en otro lado, que se comporta de manera diferente, que ha tomado otras decisiones, que tiene otra pareja, que tiene alguna enfermedad, que habla de manera distinta, pero que en esencia es igual a ti y a mí.

La magia de Rick y Morty, la caricatura que te causará una crisis existencial, no es sólo que nos hace pensar en otros universos físicos sino también en espacios mentales alternativos, llenos de contradicciones y horrores que ni siquiera la imaginación es capaz de abarcar. Lo que pareciera una serie destinada a entretener se vuelca en un proyecto que nos proporciona ideas para entender a la física cuántica desde la filosofía.