Noticias El Periódico Tarija


Vivimos tan ocupados en los problemas de origen político que olvidamos otros que tienen que ver con nuestra vida diaria pero que en si, se generan también porque algunos políticos olvidan atender demandas ciudadanas. La seguridad de la población se ha dejado en último lugar, es espeluznante escuchar de asaltos, desapariciones misteriosas, asesinatos, muertes. Todas las ciudades y pueblos del Departamento, en mayor o menor medida, padecen de ésta enfermedad que nos hace vivir con miedo. Yacuiba es una de las ciudades que registra un índice alto de crecimiento en pocos años, su situación de frontera con la Argentina y el intercambio comercial informal siempre fueron su sostén económico, de hecho el tomar una actividad ilegal como el contrabando como normal como que trastocó algunos valores y empoderó a ciertos sectores como el de los bagalleros, sujetos que terminaron convirtiéndose en los protagonistas del contrabando, irrespetuosos de las leyes y exigentes para conseguir sus objetivos. Los relajados sistemas de control del lado boliviano frente a los supuestamente mas rígidos del argentino mas la facilidad de acceso de un país a otro, dibujó las condiciones perfectas para impulsar un negocio mas sucio, peligroso e ilegal: el narcotráfico. 

Actualmente Yacuiba es una de las urbes con mayor indice de crímenes de Bolivia y escenario de ajustes de cuentas horrendos donde la vida no vale nada. Así cómo pueden aparecer hombres muertos y descuartizados dentro de un auto, personas son asesinadas cuando al pasar una motocicleta con un sicario, lanza ráfagas de balas con ametralladoras a quienes no cumplieron como debían. A pesar de esta cruda realidad las autoridades no ejecutan acciones concretas para combatir éste flagelo, la inseguridad campea a sus anchas y los ciudadanos al parecer ya se acostumbraron a vivir así. Bermejo igualmente es aún identificada como un lugar donde el narcotráfico ha extendido sus tentáculos pero además, una posible red de trata y tráfico de personas y órganos, investigaciones desarrolladas han hecho que autoridades de Gobierno pongan sus ojos en ella. 

La muerte es una visitante permanente que pasea por sus calles esperando golpear el momento menos esperado, los matones y asesinos a sueldo están dispuestos a cegar la existencia de quien sea por pocos dólares ya que hay demasiada competencia para esa clase de trabajos. Es hora que el gobierno a través del ministerio respectivo y la policía nacional aborden en serio esta problemática que convierte a Yacuiba en una zona roja y que la distingue trágicamente de otras poblaciones de nuestro Departamento. De igual manera, aún se puede evitar que Bermejo se convierta en otra Yacuiba, únicamente con acciones concretas que obedezcan a un estricto plan de seguridad podrán devolver la confianza a ciudadanos que han aprendido a cuidarse solos.