Noticias El Periódico Tarija

La corrupción no deja factura pero es tan tangible que parecería que deja su marca tallada en piedra, es un mal latente y vigente que sigue aquejando a nuestra instituciones públicas, en todos los niveles, no solamente pasa porque el que más poder tiene puede caer en sus garras sino también el que apenas maneja unos cuantos pesos, que tal vez por esa misma razón, tiende a caer y cometer un ilícito que puede costarle más que caro.

Con la llegada de la ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, muchos temblaron, la rigidez y dureza de esa norma incluso hizo pensar en que fuera el instrumento perfecto para una cacería de brujas, si bien tuvo un fuerte impacto en los hechos, vemos que no se la aplica a raja tabla, aunque ahí está y puede ser aplicada en cualquier momento, tal vez los proyectistas no midieron las reales consecuencias de esta ley que, sin miramientos, amenazaba con encarcelar a diestra y siniestra.

La oposición al gobierno actual es muy crítica con él, en especial por los supuestos casos de corrupción que se estarían dando, al final serán las instancias que correspondan las que deberán actuar y establecer responsabilidades, lo que no se puede negar es que en este gobierno se han visto denunciadas, destituidas, procesadas y encarceladas, a gentes muy ligadas al régimen que se pensaba nunca serían tocadas, para que dar nombres, es cierto que no sólo «peces grandes» cayeron sino también de los chicos y, como se dice, también aquí el hilo se rompe por lo más delgado

En el nivel departamental, la lista de casos y denuncias es larga, extensa, pero no se ven resultados palpables, hay una cadena de procesados con su rosario de procesos, hay ataques y contra ataques pero hasta hoy no sabemos de nadie condenado y encarcelado por robarle a la gente, por echar mano de recursos públicos. Es muy cierto que el descrédito de los políticos es mayúsculo y que la población los considera corruptos por naturaleza, eso tampoco está bien porque seguro existen aquellos que no lo son, el problema es distinguirlos en medio del resto.