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ERBOL

La Policía recapturó a una supuesta esteticista dedicada a realizar implantes ilegales, que incluso amenazan con la vida de sus clientes, y que ya fue encarcelada por homicidio.

Se trata de Roxana Jimena Montaño, quien junto a su hija (también detenida), operaban la estética denominada Conceptos de Belleza, ubicada en instalaciones del Hotel Plaza de La Paz, informó el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga.

Según el informe de Quiroga, la mujer captaba a sus víctimas mediante redes sociales, donde se hacía pasar una profesional y prometía realizar cirugías estéticas.

Una psicóloga de 31 años asistió a este centro de belleza para realizarse el implante de glúteos, sin embargo, el producto le causo necrosis en el tejido vivo, causándole daños irreversibles, y posiblemente pierda la vida.

La Policía intervino el negocio de Montaño y encontró la encontró infraganti cuando intentaba realizar otro procedimiento. Se le incautó las sustancias que usaba en sus víctimas, además de jugos supuestamente adelgazantes pero que no tienen registro de Senasag.

El director de la FELCC, Jhonny Aguilera, informó que la detenida ya cuenta con antecedentes correspondientes a 2008 por el mismo delito en La Paz. Luego se trasladó a Santa Cruz, donde fue encarcelada por causar la muerte de una de sus clientes.

En 2015, Jimena Montaño fue sentenciada a seis años de privación de libertad por el homicidio de una mujer a quien le realizó un tratamiento estético en Santa Cruz.

La joven psicóloga, que ahora tiene su vida en peligro por un implante, lamentó que por hacerse este tratamiento ahora sus células se están necrosando, y hubo médicos que le dijeron que lo único que puede hacer es rezar.

Indicó que Montaño se presenta como una cirujana con vasta formación y que realiza procedimientos de última generación. Dijo que la acusada es muy hábil para convencer a sus víctimas y que incluso habla de Dios para dar confianza a la jóvenes creyentes.

Reveló que la supuesta esteticista usó PMMA, conocido también como metacrilato, para inyectar a sus víctimas por un costo entre 3.500 y 4.000 bolivianos. Explicó que esa sustancia, deriva del petróleo, puede generar reacciones en la mujer o incluso se pude convivir años con ella, pero un tratamiento rápido puede salvar las vidas