Noticias El Periódico Tarija

 

Nuevamente volvemos a los políticos, que con ese apetito de dominarlo todo, de manejarlo todo, no solo personas, instituciones u organizaciones en las que se inmiscuyen violentando principios y valores, exponiendo su vigencia en la sociedad y en sus decisiones, ya hablamos de lo que pasa con las Juntas Vecinales y la forma en la que se involucran en ella intereses políticos, lejanos a los de los barrios y vecinos.

En el caso del Comité Cívico, se ha visto de todo, complicando su imagen ante los ojos de la población, imagen de por si ya desgastada por una serie de elementos que comenzaron a cambiar las percepciones ciudadanas. Sin duda que la aparición de otras figuras elegidas por voto popular han ido dejando en fuera de juego a los cívicos, de legitimidad cuestionada, y decisiones cada vez más comprometidas con poderes políticos reinantes. Al igual que los dirigentes barriales, sólo hay que mirar que fue de los presidentes cívicos luego de terminar su gestión, casi todos llegaron a la arena política, unos como senadores o diputados, otros como ministros de Estado, algunos llegaron a Prefectos, Gobernadores, alcaldes, no faltó el que quiso ser parlamentario y dejó la presidencia cívica para ser candidato y encima le fue mal, no lo eligieron. Algún otro se volvió Secretario del Gobernador. Tampoco faltaron los que dejaron la política de lado, durante y después de su periodo, de haber llegado a la casa cívica.

Son otros tiempos y vemos, por lo menos, intentos de manejar los hilos de la presidencia cívica, de tener un vocero o una adición a la fuerza del poder que a todos nos persigue. Hemos tenido presidentes y dirigencias que se han prestado a ese juego macabro, de persecución del poder por el poder y no como el gran instrumento de servicio que es. Confiamos que no suceda eso con su flamante presidente, hombre joven que puede imprimirle una dinámica distinta en plena crisis, no sólo económica, sino de valores.