Otra vez la naturaleza nos mostró cuán poderosa es y que tan pequeños somos, nuevamente y en pocos minutos desbarató la ciudad de Tarija, cayó tanta agua y más hielo, que las calles y avenidas se inundaron, los desagües se taparon y no hubo más que hacer… pero es como que nos va avisando ya que todo pasa cuando no se puede aguantar más… tal vez haya una próxima vez en que el fenómeno dure más y ahí si tendremos graves problemas.
Sobre situaciones como las vividas ayer hemos escrito varias veces, la reflexión, la crítica, la denuncia y… el eco en la gente pero la sordera en las autoridades, seguimos igual, no avanzamos y eso es lo exasperante, es lo frustrante, que no vemos interés auténtico por cambiar y mejorar nada, aún tenemos que salir de nuestras casas con el temor de si llueve o graniza por el riesgo de que nos inundemos, por el miedo a que donde dejemos el auto se convierta en una laguna. La limpieza de las boca de tormenta es deficiente, es cierto que se hace pero cómo y de cuántas se hace es el tema, también es censurable nuestra conducta ensuciando permanentemente ya que esos desechos van ahí y taponean todo y cuando llueve como lo hizo, ayudan a que se tranquen y no desagote el agua.
Seriamente se debe encarar un análisis de lo expuesta que está Tarija a estos fenómenos, lógico que no podemos hacer que no haya una tormenta o que no granice, pero si podemos prepararnos para reaccionar oportunamente, para que nuestros desagües estés limpios, sean más amplios y soporten el caudal del momento, es posible hacerlo pero sentándonos con gente experta en situaciones así, asumiendo un verdadero compromiso y poniendo acción a nuestro discurso. Tenemos que terminar con la costumbre de que después del susto todo sigue igual, estos son anuncios que nos piden prepararnos, cuidado que después no tengamos más tiempo.