Noticias El Periódico Tarija

Un amigo me decía que en los tiempos que corren, la discusión política se centra en elementos distintos, que los actores de la cosa pública se andan peleando por canastas alimentarias, presupuestos, etc…y que la gente ni entiende ni está interesada en eso, que es bajísimo el porcentaje de la población que realmente le presta atención a esas batallas mediáticas pero… como decía mi mamá: para pelear se necesitan dos y aquí hay dos y más que se disputan estos temas que en el fondo significan dinero y poder…hay quien comienza, hay quien reacciona y se arma la trifulca, hay quien provoca y hay quien responde, es de ida y vuelta, los golpes no sólo vienen de un lado y es que son los políticos los que protagonizan estos episodios que nos dan que hablar a los medios y hastían al pueblo. Coincidiendo con este buen amigo, es verdad, hay cansancio por parte de ese pueblo pero son los políticos los que alimentan las riñas con sus denuncias y contra denuncias que en la mayoría de los casos quedan en eso…un show del que ya pocos disfrutan.

La gente se está cansando, y sigo pensando como este amigo, de ver «sólo eso», se esta decepcionando otra vez de los políticos, más aún de los que eligió creyendo en sus promesas para que cambien y mejoren su vida. Como que nos hemos quedado en el discurso y poco o nada se ve en los hechos. El pueblo en su sabiduría o en su noble ingenuidad, después de un hartazgo opíparo, renueva su confianza, su fe, en que todo puede ser distinto y así el ciclo se repite hasta volver siempre al mismo punto.

También me comentaba que algunos consideran que vivimos en Tarija un cambio de ciclo, que la pelea no es entre fulanos y zutanos, con nombres y apellidos, que la disputa es entre el pasado y el presente, y claro, hacia el futuro… es muy probable, no disentimos en ese criterio totalmente pero habrá  que ver si los del pasado están tan viejos y aplazados para no volver y si los del presente no son demasiado jóvenes y en desquite como para quedarse…por supuesto, ante los ojos del soberano que es quien los pone y los saca de la silla del poder. Si fuera lo primero, es saludable un cambio de posta ya que los que ahora no están tuvieron su oportunidad, su momento, con sus luces y sombras, con sus mañas, chicanas y un pragmatismo reñido hasta con la moral. Si fuera lo otro, los que encarnan «el presente», tienen que saber que deben seguir aprendiendo para ser mejores gobernantes pero no aprendido de las oscuras prácticas de los de antes, que de eso la gente sabe mucho y lo rechaza, sino demostrando que este presente no sólo tiene de novedad personas más jóvenes en cargos públicos, sino mostrando que se pueden dejar de lado las mañas de siempre buscando el bien común, trabajando de buena fe y con transparencia total en cada acto diario. Si así fuera o así es…la historia sería o es muy distinta.