La soltura de cuerpo con la que habla el alcalde Rodrigo Paz es pasmosa, ha negado que haya conocido el informe de la Secretaria de Movilidad Urbana que identifica un «muy alto peligro para el peatón» construir, tal cual el diseño, la rotonda donde se instalará el mástil millonario en la zona norte de la ciudad de Tarija, como lo advirtió el Colegio de Arquitectos más de un año después de redactado ese documento… lo que también nos hace reflexionar sobre cómo es posible que un informe sobre una obra que el alcalde defiende con «uñas y dientes», «contra viento y marea», haya pasado desapercibido… lo extraño es que Paz dice que en él hay recomendaciones de modificaciones que se deben hacer… es decir, esta obra fue licitada, adjudicada y está en ejecución y recién ahora se harán los cambios que sugiere dicho informe, presentado el 9 de junio de 2016, hace más de un año atrás… es inaudito, podría darse hasta un caso de daño económico si es así, con consecuencias legales, considerando que existe éste antecedente.
Supongamos que Paz no tenía conocimiento del documento y se enteró igual que Ud. por la publicación de «el Periódico», nos deja la gran duda sobre qué tan empapado está de lo que pasa y se hace en el municipio del que es alcalde o qué tanto sabe de los proyectos que se ejecutan y que se quieren encarar o si hay alguien más que le está «manejando» la alcaldía a gusto y placer y el no se da cuenta.
Otro hecho que llama la atención es que «descubrimos» que el diseño lo hizo una consultora externa, no lo hicieron los profesionales de la alcaldía, la pregunta es ¿ por qué?, ¿ cuándo se entregó la consultoría y cuánto se pagó por ella en tiempos de crisis?, ¿se menospreció la capacidad de los ingenieros y arquitectos de la propia alcaldía?… Paz habla de información abierta en su gestión e irónicamente nos vamos enterando «a cuenta gotas» de lo que se está haciendo y cómo se lo está haciendo o pretende hacer… y no nos gusta. No se puede defender lo indefendible ni justificar lo injustificable pero Rodrigo Paz sí lo hace, da la impresión que la obstinación es la que se impone al reclamo generalizado. Mientras no se sea consciente de lo que significa «de necesidad», » de prioridad»… no habrá un gesto siquiera de humildad auténtica que genere confianza de que cambie la forma de administrar nuestra ciudad.