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Ocurrió en numerosas oportunidades en un pasado lejano. Hoy resulta improbable que una lluvia de cometas tenga como destino inexorable a la Tierra. Las condiciones cambiaron. Sin embargo, un equipo de astrónomos llevó adelante una suerte de evaluación de riesgo y el resultado encendió la alarma. Las responsables del hipotético evento serían unas pocas estrellas.
El estudio, publicado en la revista Astronomy and Astrophysics, predijo que dentro de los próximos millones de años entre 19 y 24 estrellas se aproximarán a 3.26 años luz del Sol, una distancia suficiente como para desviar cometas de sus caminos originales y redirigirlos hacia la Tierra.
Hasta entonces, los movimientos de más de 300.000 estrellas con relación al Sol habían sido trazados a través de la galaxia. No obstante, el nuevo modelo permitió un rastreo pormenorizado de las estrellas que más se acercarán. Descubrieron que 97 estrellas pasarán a 150 billones de kilómetros, mientras que 16 se acercarán a unos 60 billones, lo cual ya puede ser más preocupante.
De esas 16, la estrella Gliese 710 tendrá un encuentro especialmente cercano en 1,3 millones de años, cuando pase a solo 2,3 billones de kilómetros de la Nube de Oort, un conglomerado de cometas que radica cerca del Sol. La influencia gravitacional de las estrellas que se acercan a Oort podría reorientar el destino de los cometas. «Ciertamente, cualquier cosa que esté dentro de esa distancia debería preocuparnos», dijo a The Guardian Coryn Bailer-Jones, coautor del estudio.
Los investigadores destacaron que no todos los encuentros cercanos conducirían a cometas a colisionar con la Tierra. El suceso apocalíptico dependería de «una mezcla de suerte y de dónde esté la Tierra en su órbita con respecto a la estrella pasajera». Sin embargo, las posibilidades de una colisión alcanzarán su punto máximo con el acercamiento de Gliese 710.
Con respecto a Gleise 710, Bailer-Jones señaló: «Gaia encontró que va a pasar mucho más cerca de lo que pensábamos. Es muy emocionante, aunque me temo que vamos a tener que esperar más de un millón de años».
Los últimos cálculos se basan en datos del telescopio espacial Gaia, que determina las posiciones y trayectorias de alrededor del 1% de los 200 a 300 billones de estrellas de la Vía Láctea. El sol completa una órbita de unos 250 millones de años y, en ocasiones, se cruza con otras estrellas. Ahora, el nuevo estudio reveló que estos encuentros estelares ocurren con el doble de frecuencia que las estimaciones anteriores.
A su vez, esperan que los nuevos modelos contribuyan a encontrar las estrellas responsables de la desaparición de los dinosaurios 66 millones de años atrás. Más allá de que no es seguro si la extinción masiva la causó un cometa o un asteroide, se especula por el primero debido a que suelen ser de mayor tamaño.