Noticias El Periódico Tarija

 

Cnl. M.Sc.  F. Alfonso Mendoza Arze

COMANDANTE DEPARTAMENTAL DE POLICIA TARIJA

Es y será nuestra principal atención los niños en edad de educación inicial, kínder, en estos centros debemos observar en todo momento, una atención especial, toda vez que los menores deben estar en todo momento en un entorno protegido, libre de peligros y sobre todo seguros, estas son algunas medidas de seguridad con las que deben contar los jardines de la infancia seguros:

  • Debe existir una zona de seguridad infantil; este es un espacio comprendido entre el suelo y 1.20 mts de altura de toda la instalación y los accesos, incluyendo la zona de tránsito y la de uso habitual, donde no debe existir elementos peligrosos accesibles a los niños o que puedan causar daño físico o psíquico.
  • Los accesos; son los que delimitan el centro y el control de accesos debe preservar la seguridad de los menores, protegiéndolos de extraños y de elementos que puedan causarle un accidente, como ser las vallas delimitadoras con una distancia entre barrotes menor a los 10 cms, con la finalidad de que los menores no puedan introducir la cabecita entre ellos, se recomienda el uso de mallas cuadriculadas.

Cuando hablamos de las instalaciones del kínder en general, podemos englobar los siguientes lugares:

Los suelos deberán ser ligeramente blandos, es decir con preferencia colocar colchonetas o aislantes, en función de las necesidades que requieran las actividades que se realizan en cada espacio, y el nivel da amortiguación de los mismos.

En cuanto a las paredes, tomar en cuenta el desarrollo de las habilidades motrices hasta las consecuencias de las mismas, las caídas y los golpes por la escasa edad de los infantes son constantes, por lo que se debe proteger de forma que se minimicen las consecuencias de dichas caídas, se recomienda el revestir las paredes a 50 cms, con aislantes de esponja.

Las puertas, en función a los espacios, estas deben evitar la accesibilidad a la manipulación infantil, para evitar lesiones por atrapamiento de extremidades o por golpes contra vidrios, heridas y cortes a consecuencia de la rotura de estos y facilitar el acceso de adultos en caso de emergencias.

Las ventanas deberán estar a una distancia inaccesible a la manipulación infantil, no solo a su apertura, también a su hoja si esta permanece abierta y evitar siempre la disposición de los equipamientos de forma que no facilite la escalada, por ejemplo la disposición de las cunas nuca deben situarse debajo de una ventana, ya que la altura del niño cuando se pone de pie en esta le hace accesible.

Las escaleras y desniveles, deben ser salvables para los niños que acoge el kínder, el resto debe estar delimitado e inaccesible a la manipulación infantil.

Los enchufes deben situarse por encima de los 1.20 mts., deben disponer de protecciones infantiles, en ningún caso pueden ser accesibles a los menores.

Las  instalaciones especificas deben ser totalmente accesibles con espacios conectados, es decir asistenciales y de actividades, con características visuales, contacto visual con el grupo en general, específicos, deben existir espacios diferenciados y específicos, así también lugares polivalentes, espacios preparados a acoger niños de diferentes niveles y con distintas necesidades.

En cuanto al equipamiento, los elementos que componen un kínder infantil, sea cual fuera su utilidad, asistencial, juegos o educativa, deben ser específicos para el desarrollo de su función, adaptados a las destrezas y habilidades de los niños, a sus medidas antropométricas, no se puede incluir equipamiento que no esté estrictamente pensado para los menores a los que va destinado, importante jamás permitir la entrada de objetos desde el exterior, que con muy buena fe por parte de los familiares, pueda suponer un riesgo para uno o el resto de los menores.

Los riesgos infantiles deben ser evaluados por profesionales y el derivado  informe con las soluciones, precisas en función de la prioridad del riesgo.

Importa mucho la gestión del mantenimiento, toda vez que la mayoría de lesiones que ocurren en un kínder son derivadas de un ineficaz o nulo plan de mantenimiento.

La formación del personal de un kínder debe recibir formación de prevención de riesgos, lamentablemente esta cultura preventiva es desacostumbrada.

Deben contar con un plan de emergencias, esto significa un plan de autoprotección con la implicación de todo el personal del centro, este se debe diseñar bajo los preceptos de probables emergencia y siempre en función de las características de los niños y debe ser de obligatorio cumplimiento.

El objetivo de estas recomendaciones es conseguir un espacio adaptado a las necesidades cognitivas, motrices y psicológicas de los niños del kínder, consiguiendo que se desarrollen de forma natural, sin interrupciones por secuelas derivadas de una faltad de previsión es decir accidentes, preservando su integridad física y psíquica, y donde los profesionales puedan llevar a cabo su tarea, el desarrollo de los proyectos educativos y las actividades programadas.