Noticias El Periódico Tarija

Gracias a las redes sociales tenemos acceso a mucha y permanente información, recibimos mensajes de todo tipo y hay uno que nos llamó la atención y muestra dos fotografías, una selva hermosa, verde, con ríos y lagos, llena de contrastes y otra de una ciudad con vehículos, humo y basura en las calles…debajo de la primera dice: donde viven los animales y en la segunda reza: donde viven los seres humanos… es la triste realidad, por donde pasamos alteramos el equilibrio, ejercemos un efecto nocivo y dañino.

Debemos destacar los esfuerzos de las autoridades por minimizar el impacto de miles de peregrinos caminando al santuario de Chaguaya, miles que toman agua en botellas de plástico o refrescos en envases del mismo material o en vasos desechables, que usan baterías para sus linternas, que usan servilletas para limpiarse las manos o para otros usos, miles que en el trayecto comen dulces, galletas, etc y dejan su envoltorio en medio camino, en fin, la contribución a la suciedad es enorme, el aporte a la contaminación es grave… vimos con buenos ojos que se instalaron en el trayecto recipientes para poder desechar las «pilas» que se usan en vez de arrojarlas en cualquier lado considerando su alto poder contaminante. Pero no es suficiente y no es culpa de esas autoridades, es responsabilidad nuestra, de la gente, de quienes tenemos tan malos hábitos que nuestra constante es ensuciar y ensuciar, no cuidar ni preservar.

Se debe pensar seriamente en realizar campañas de concientización  con la debida anticipación para mostrarle a la gente lo que ya sabe pero que precisa ser recordado y aplicado, parece insólito pero así se debe hacer, semanas antes del inicio de la fiesta las instituciones deben trabajar más en educación ciudadana al respecto a través de medios de comunicación y dejar de lado el culto a la imagen y la gestión, se debe dedicar tiempo a esta labor para que la población asuma su responsabilidad en la protección del medio ambiente y, en particular, en una festividad cuyo motor es la fe y la devoción pero que destruye nuestro ecosistema.