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Rusia avanza en los preparativos para sus mayores ejercicios militares desde la Guerra Fría, que comenzarán en septiembre en medio de la desconfianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por la «falta de transparencia» de Moscú con respecto al número de tropas involucradas y la extensión de las maniobras.

Especialmente Polonia y los Estados Bálticos, más próximos al Zapad 2017, acusan a Rusia de esconder los números reales mientras aumenta su presión sobre Europa y, por su parte, acusa a la OTAN de una expansión injustificada en al región.

«Lamentamos que ni Rusia ni Bielorrusia hayan aplicado el Documento de Viena de medidas de transparencia con Zapad», dijo un funcionario de la OTAN a la AFP. «Estas medidas son importantes para prevenir errores de percepción y de cálculo», agregó.

El Documento de Viena, un texto aprobado en 1990 como mecanismo para reducir tensiones, requiere que todas las partes informen con anterioridad sobre los detalles de sus ejercicios y permitan observadores extranjeros para evitar malentendidos peligrosos, siempre en caso de maniobras que superen las 13.000 tropas.

Bielorrusia ha dicho ya que el ejercicio Zapad (Oeste, en ruso), a realizarse entre el 14 y el 20 de septiembre en su territorio y en el del enclave de Kaliningrado, en Rusia, contará con 12.700 soldados y 680 vehículos de combate, justo debajo del límite, según la agencia rusa Tass.

Pero Lituania, Polonia y analistas especializados citados por la prensa internacional aseguran que el número real podría llegar a casi 100.000.

Esta especulación se basa en que Moscú planea una serie de diferentes ejercicios menores en la misma zona y en la misma fecha, que los críticos consideran un artilugio para esconder los números reales del Zapad 2017. A esto se suma la participación de las tropas de la Guardia Nacional, unas 20.000, en tareas de apoyo y logística al ejercicio principal, según el sitio especializado War on the Rocks.

Por su parte Rusia desestimó las preocupaciones. «No veo razones para tener miedo. Todo se hará como siempre, de manera abierta y amigable», dijo el viceministro de Defensa Alexander Fomin a la cadena Rossiya 24 News.

De hecho Bielorrusia ha invitado a diferentes misiones diplomáticas a asistir, incluyendo dos de países de la Alianza Atlántica. Pero estas invitaciones en ambientes controlados están lejos de las provisiones del Documento de Viena, que permite a los observadores internacionales hablar con soldados, estar presente en las salas de situación e incluso realizar vuelos por encima de las maniobras.

«En cambio eligieron una aproximación selectiva que no cumple con las expectativas. Evitar la transparencia crea interrogantes», aseguró el oficial, quien argumentó que en contraste la OTAN aplica estas medidas «consistente y regularmente», invitando a observadores incluso cuando el número de tropas involucradas es menor al estipulado.

Las relaciones entre Rusia y la OTAN se encuentran en un punto históricamente bajo desde la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014, que en respuesta significó un aumento de la presencia de la Alianza Atlántico en los países de el este de Europa, anteriormente bajo la órbita de la Unión Soviética.

Los Zapad se realizan cada cuatro años, y esta será la primera vez desde el comienzo de la crisis en Ucrania. Según diferentes analistas, los anteriores realizados en 2013 involucraron a 70.000 soldados a pesar de que Moscú declaró que eran poco menos que 13.000, reportó el periódico británico The Guardian.

En contraste el Trident Javelin 2017, el mayor ejercicio de la OTAN en la región y planeado para noviembre de este año, prevé unas 3.000 tropas, como previa de una versión mucho mayor preparada para 2018 y que podría contar con 35.000 soldados.

El viernes el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg viajará a Polonia, uno de los países más críticos de Rusia y sede de un batallón multinacional desplegado a principios de año.

También Estonia, Letonia y Lituania está buscando más apoyo de Occidente para controlar la influencia rusa.

En tiempos de la Guerra Fría los Zapad involucraban hasta 150.000 tropas, pero quedaron en desuso tras el colapso de la Unión Soviética, hasta que en 1999 Rusia los retomó.