El tiempo pasa como una estrella fugaz, queramos aceptarlo o no.
Tratamos de acostumbrarnos a este mundo acelerado… Pero lo único que conseguimos es soledad, tristeza, amargura… ¿Por qué? porque por más que intentemos adaptarnos a este mundo y utilizar lo que hay en el no podremos conseguir en el mundo consuelo a nuestros problemas…
La única esperanza para nosotros es estar al lado de la persona que nos dio la vida, y no me refiero a nuestros padres, sino a una persona aun mayor, la cual es Jesús nuestro padre celestial. Y esto que voy a decir es para ti, si tú, que abriste esta reflexión para tu vida lo que quiero decirte es lo siguiente:
Hay un lugar mucho más allá del sol, donde las personas por su propia cuenta no pueden llegar, ese es un lugar muy hermoso créeme, allí no sufrirás más, no habrá más dolor, ¡todo será felicidad! Ahora te debes preguntar dos cosas ¿verdad? una es: ¿y dónde queda? y la otra es: ¿acaso tú lo viste? bueno.
Para responder donde está, te digo que ese lugar tan hermoso, donde no habrá más dolor ni llanto, se llama cielo, y es allí donde Jesús nos llevará si ¡hacemos su voluntad! y para responder la segunda pregunta, te digo que no, no lo vi, pero lo que hago es meditar en la Biblia todas las mañanas, y oro a Dios para que me dé fuerzas para enfrentar ¡cualquier tipo de situación!