Noticias El Periódico Tarija

 

Es preocupante saber que varios ministerios del gobierno nacional establecieron que Tarija es la región donde más se utiliza agro químicos y plaguicidas en sus cultivos pero es más serio todavía cuando también revelan que es donde más se usa productos de esa naturaleza de etiqueta roja, es decir, prohibidos. Ya no lo dice cualquier medio o activista, no es sólo un solitario profesional… es el gobierno que informa en tono de advertencia. Necesariamente tenemos que recurrir a la auditoría ambiental que se hizo al río Guadalquivir y que nos dice que sus aguas están llenas de esos elementos nocivos al punto que no pueden usarse ni para riego, menos para consumo humano. Tampoco podemos dejar de lado el duro informe  de la Universidad Autónoma de México (UNAM) que identificó los mismos componentes en el embalse de San Jacinto hace años atrás, cuando casi 6 meses del año, y durante varios años, se nos daba esa agua para beber en época de estiaje, podríamos sentirnos más tranquilos si hubiéramos visto que algo se hizo para resolver lo destapado, la presencia de fungicidas y metales pesados, pero no vimos nada. Si revisamos con detenimiento lo que acabamos de escribir, es inevitable no notar que en diferentes tiempos, en distintas situaciones, existe un denominador común: agua contaminada con químicos y metales que son de alto riesgo para la salud pública.

En una entrevista brindada a EL NOTICIERO de Canal 15, el gerente de la Cooperativa de Agua y alcantarillado de Tarija (COSAALT), Fernando Vidaurre, reconoció de que en sus laboratorios no pueden detectar agro químicos y/o metales pesados. Destacamos el esfuerzo que hacen quienes trabajan en esta entidad, con grandes limitaciones y una gran responsabilidad sobre los hombros, distribuir agua potable para la población, pero en el marco de esas limitaciones se encuentra el hecho de que no se está analizando con mayor profundidad la calidad de esas aguas, seguro en apego a ciertas normativas vigentes, que parecen ser las que se quedan en la puerta y no entran al detalle del análisis respectivo. Lo manifestado por Vidaurre es bastante serio ya que es muy posible que el «agua potable», para consumo humano, nos llegue cargada con todos esos elementos ya que «no los ven» en las pruebas que le hace COSAALT , la recibimos en nuestros hogares y, en el mejor de los casos, se la hace hervir si es que no se la consume tal cual sale del grifo. En otras palabras, ¿puede ser que estemos estar bebiendo agua que contiene agro químicos y metales pesados? y por tanto surge una duda más que razonable para profundizar en la investigación, la iniciativa debería partir de la misma cooperativa y de otras instancias vinculadas al tema. Ante un síntoma, ante una presunción, cualquiera acude al médico y este ordena análisis que nos darán un resultado que podremos o deberemos contrastar con otro. Es inconcebible que no se actúe igual en Tarija ya que está en juego la salud y la vida de todos.