(elPeriódico-Julio 16/2017) Una vez, cuando se iba a realizar una cumbre presidencial hace algunos años atrás, las calles y avenidas de la ciudad de Tarija, de la noche a la mañana, fueron señalizadas, pulcramente pintadas y de verdad… parecía una ciudad distinta, entonces preguntamos, ¿por qué no puede ser siempre así?
Si bien se trataba de una acción de simple maquillaje para que la urbe luzca más «coqueta», daba la sensación de «más organización» y al mismo tiempo obligaba a peatones y conductores a evidenciar que había reglas viales que debían respetarse, aunque así debería suceder con o sin señalización.
La mayoría de las calles no tienen la demarcación en medio que establece los dos carriles de circulación y menos las variantes que indican si se puede adelantar a otro vehículo o no o desde donde se lo puede hacer o no. Menos aún los pasos de cebra que nos dicen por donde los peatones deben caminar y tampoco los cordones de las aceras que indican donde no se puede estacionar obstaculizando el viraje de otros vehículos.
Las avenidas también están mal señalizadas, sólo tenemos que transitar por la Circunvalación para comprobarlo, la doble vía a Tomatitas es otro desastre y en algunos tramos la Av. Las Américas también para no mencionar sus diferentes nombres.
Más allá de que se vea feo o bonito, esta señalización debe y tiene que ayudarnos a ordenarnos mejor, de nada sirve tenerla si no la respetamos, lo complicado en muchos casos es que la gente desconoce qué significan, para qué sirven o qué nos dicen esas marcas, ese es tema de otro análisis.
Hemos visto a la Alcaldía pintar y repintar en varias oportunidades, llega una lluvia intensa, pasa poco tiempo y las señales desaparecen o comienzan a borrarse, como alguien diría…»no duran nada», es como si estuvieran «pintadas con tiza». De ahí surge la preocupación sobre por qué tenemos que gastar tanto dinero de los contribuyentes en pinturas y materiales que no soportan el desgaste de factores naturales como la lluvia, el viento, etc., ya que más se demora en pintar y señalizar que todo lo hecho desaparece, es una tarea de nunca acabar… de pintar y de gastar. Si hasta para pintar una casa existe pintura de exteriores o interiores… ¿será que para esto no hay materiales especialmente fabricados, preparados para resistir el tráfico y los efectos de la naturaleza, con garantía de que durarán o permanecerán por un X tiempo?, lo malo es que esta historia se repite si cesar y seguimos gastando dinero sin cesar y nuestra ciudad aparece maquillada de vez en cuando y se destiñe en un abrir y cerrar de ojos. (eP).