Ante la ratificación de la Autoridad de Electricidad sobre el incremento de la tarifa eléctrica de lo que se le vende a las distribuidoras, organizaciones como el Comité Cívico y la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve) anunciaron movilizaciones y protestas por estas determinaciones que podrían repercutir en el usuario final.
Creemos que cualquier medida que proteja el interés de los tarijeños se debe apoyar pero lo que se espera, en especial del flamante presidente de la casa cívica Juan Carlos Ramos, es que marque diferencia y equilibrio en el enfoque que se le da a diferentes problemáticas, considerando que al ser la «voz moral» de este pueblo, se deben cuidar sus intereses de quien los ponga en riesgo o los amenace, sea a nivel nacional y por supuesto departamental. Es decir, Ramos demostrará quien es realmente si su andar y posición es equilibrada y justa respecto a los causantes de los problemas que nos aquejan. En el caso concreto, se sabe que en otras regiones hay distribuidoras que están asumiendo ese recargo del 3%, reduciendo sus márgenes de utilidad si corresponde, no recargándolo a la gente. De ahí que consideramos que debe quedar claro qué hará Setar cuando en su último balance mostró una pérdida de más de Bs. 19 millones, reflejo de una crisis que se ido profundizando en estos últimos años.
Tanto los cívicos como la Fedjuve, deberían exigir igualmente que se le ponga coto a lo que pasa en Setar, que se termine el mal servicio, la sobre facturación, el excesivo personal, los números abultados en adquisiciones, etc., con esa solvencia consideramos que su reclamo por el incremento tarifario tendría mayor eco en la gente y por último, si Setar tuviera cintura suficiente, podría hacer lo mismo que en otros lados, asumir ese recargo sin afectar al pueblo que de por si paga por un mal y caro servicio. Tanto los cívicos y los dirigentes vecinales deberían preguntar en cuánto compra la electricidad Setar y en cuánto nos la vende y el por qué de la diferencia abismal entre esos números, porque esa diferencia resulta que la pagamos nosotros que venimos engordado desde hace mucho a quien pasa por ahí.