Erick D. Langer
Catedrático de Historia, Georgetown University
Hay un documento muy interesante, “Meritos y servicios del Actual Marqs de Toxo”, escrito en 1803, en posesión de Virginio Lema, que tuvo la gentileza de proporcionarme una copia. El documento describe los méritos del Teniente del Regimiento de Infantería de Buenos Aires Dn José Hernández Cermeño. Esta clase de documentos existían para halagar a un oficial real y proveerle con pruebas que merecía una pensión del rey o un ascenso de posición. El documento fue escrito por los franciscanos del Convento Franciscano de Tarija, en la cual hay una descripción de los asaltos de los indígenas chaqueños a la misión de Itaú en 1801. Según el documento, Cermeño, con el Marqués de Tojo[1] como su ayudante, y 300 soldados, más unos milicianos de San Luís (ahora Entre Ríos), combatieron a los indígenas, los derrotaron dos veces, recogieron ganado robado, y reconstruyeron el fortín y proveyeron a los soldados y milicias bajo su comando con alimentos de sus propios bolsillos.
Estos eventos tuvieron lugar a principios del siglo XIX, durante una época de cruentos enfrentamientos entre los indígenas del Chaco y los españoles. En contraste con los pueblos andinos, los españoles tuvieron muchos problemas en conquistar lo que llamaban “la frontera”, la zona del piedemonte andino y el Chaco propiamente dicho. Los pueblos indígenas, especialmente los Tobas y los Chiriguanos, se reorganizaron para mantener una guerra permanente con los invasores españoles. Los Tobas adoptaron el caballo como instrumento de guerra y se volvieron los jinetes más diestros y temidos de las Américas. Los Chiriguanos, a su vez, esparcieron sus pueblos y utilizaron tácticas de guerrilla muy efectivas entre los cerros de las ultimas estribaciones de los Andes, cubiertos de bosques tupidos. Recién en la última década del siglo XVIII y principios del siglo XIX los españoles tuvieron algo de éxito, pero más que todo porque los frailes franciscanos pudieron establecer una serie de misiones en la Chiriguanía (entre ellas, Itaú) para volver esos pueblos chiriguanos aliados permanentes de los españoles. Sin embargo, muchos grupos de Chiriguanos y otros grupos étnicos seguían resistiendo el yugo español, como vemos en este documento.
¿Cuál es el interés en este documento de apenas diez páginas? En primer lugar, nos describe muy bien las tácticas guerreras de los indígenas de esa época. Durante la expedición “para librar la misión delas garras delos barbaros”[2], el “pequeño exercito” encontró que los indígenas, compuestos por “Naciones Chane, Bejosos, Mataguayos, y Chiriguanos” se habían “atrincherado en una Quebrada, entre dos encumbrados cerranias montuosas” y, “desfilando oculto” se presentaron frente a la tropa de Cermeño, principiando con su “algazara y gritería”, insultando a los soldados de la expedición. Aunque el Comandante Cermeño “por medio de interpretes aproximandose, los llamaba a Partido”, continuaban “en su gritería, y disparando flechas á la Tropas”. Entonces él “mando a hacer fuego” y después de una batalla de media hora, “los puso en fuga, por entre los Bosques sin perdida de un hombre.”
Luego, según el informe, Cermeño conquistó tierras alrededor de Itaú y “encargó a las llamas todos los Pueblos delos infieles”. Mientras que atacaba los pueblos de Yrreal [¿?] y Aguairenda y “les arruinó, como en lo antecedente, todas las sementeras”, los indígenas atacaron el fortín español de Caraparí. Cermeño se enteró y pudo llegar a tiempo antes de su caída, tomando “uno delos principales Caciques prisionero, con solo un hombre muerto y 68 heridos.” Recuperó más que mil cabezas de ganado vacuno, dejando “escarmentado el enemigo”.
Así vemos en el documento las tácticas de las dos partes. Los indígenas utilizaban la geografía para conseguir ventajas sobre los españoles, usando trincheras para protegerse de las balas de las armas de fuego y tratando de atacar en lugares angostos donde la caballería no se podía desarrollar. Es sumamente interesante descubrir en este documento el uso de las trincheras. Lastimosamente no se sabe del documento si los indígenas habían construido las trincheras o ya existían. Si las construyeron, fue una táctica novedosa para esa época, una táctica que volverían a usar los Chiriguanos recién en 1892, en la gran batalla de Kuruyuki, cuando las fuerzas de Apiaguiaki Tumpa intentaron resistir a las fuerzas del estado boliviano.
Otra táctica de los indígenas también es importante recalcar. Cuando los españoles estaban ocupados en un lugar, los guerreros atacaban otro sitio, donde no había mucha protección. Era una táctica clásica de la guerrilla. En este caso, atacaron Caraparí cuando Cermeño se había desviado hacia Aguairenda. Igual se notan las tácticas de los españoles, que eran quemar pueblos y destruir las chacras para así poder apoderarse después de la tierra, ya que los indígenas habían perdido su fuente de subsistencia con la quema de sus casas y sus sementeras.
Lo que también llama la atención es la alianza entre cuatro grupos étnicos quienes, normalmente, eran enemigos mortales. Por lo tanto, los Chané eran enemigos acérrimos de los Bejosos (lo que ahora serían los Tobas o Qom) porque sus pueblos sufrían constantemente de ataques de ellos. Igualmente, los Mataguayos (conocidos ahora como Matacos, Weenhayek o Wichí) competían con los Tobas por los terrenos cerca de los ríos. Y los Chiriguanos, ahora Ava-Guaraní, en ese entonces se sentían superiores a los demás grupos étnicos. La emergencia debe haber sido grande para causar una alianza entre estos cuatro grupos normalmente enemistados.
Además de la información sobre las tácticas guerreras, este documento contiene un misterio. Hay una contradicción entre esta fuente y otras fuentes que hablan de los mismos incidentes descrito arriba. El documento a la vista, copiado en 1803 y firmado por todas las autoridades como el Guardián del convento y cuatro frailes más, asevera que estos hechos ocurrieron entre febrero y julio del 1801. Sin embargo, la única descripción publicada de estos eventos, en el Manifiesto histórico, geográfico, topográfico, Apostólico y político del P. Fr. Antonio Comajuncosa, coloca los eventos en 1798, ¡tres años antes![3] Y el autor del Manifiesto, el P. Comajuncosa, era también un firmante del documento de 1803 que estamos analizando. En el Manifiesto agrega algunos detalles más, especialmente sobre la misión de Itaú, pero los otros hechos concuerdan con el documento que estamos analizando. En contraste con esta fuente, que destaca y halaga la acción de Cermeño y sus tropas, Comajuncosa en el Manifiesto desprecia a los militares y más bien comenta que los miembros del cabildo “a fuerza de instancias señalaron á algunos soldados que fuesen á prestar auxilio, estos poco á poco con algunas escusas se fueron retirando…”[4]
¿Por qué estas diferencias? No sabemos, pero hay varias posibilidades. Una posibilidad es que Comajuncosa se había olvidado de la fecha del asalto a Itaú cuando terminó de escribir el libro en 1810. No me parece muy probable. Otra es que los frailes querían ayudar al Ten. Cermeño en atribuirle estas acciones, aunque era algo que en realidad no había hecho. No tenemos información sobre Cermeño, pero posiblemente no había estado en la región en 1798 y tenían que mover las fechas para atribuirle estos hechos. Seguramente les convenía tener buenas relaciones con las autoridades militares de la frontera para que protegieran las misiones. Quizás después, como las relaciones con los militares no se mejoraron o porque en el libro el P. Comajuncosa quería destacar los sacrificios de los frailes (y disminuir las acciones de los militares). Sea como sea, son misterios que no podemos resolver.
Lo que sí podemos aseverar es que este corto documento contiene valiosa información sobre los métodos de guerra de los indígenas chaqueños, como de los españoles y nos da una visión muy gráfica de las luchas en la frontera chaqueña en los últimos años de la colonia.
[1] Debe ser el último Marques, nacido en 1777, de nombre Juan José Feliciano Martierena y Pérez de Uriondo.
[2] Mantengo tal como aparece la ortografía original del documento.
[3] P. Fr. Antonio Comajuncosa, Manifiesto histórico, geográfico, topográfico, Apostólico y político de lo que han trabajado, entre fieles y e infieles los Misioneros Franciscanos de Tarija 1754-1810 (Tarija: Editorial Offset Franciscana, 1993), pp. 220-221. Lo mismo está reproducido en P. Alejandro Corrado y Antonio Comajuncosa, El Colegio Franciscano de Tarija y sus misiones, 2. ed., Tomo 1 (Tarija: Editorial Offset Franciscana, 1990), 225-226 en forma reducida.
[4] Manifiesto, p. 1.