AGENCIAS
Alemania ganó por 4-1 a México en una trepidante semifinal de la Copa Confederaciones y jugará la final ante Chile, tras un partido en el que México desplegó uno de sus mejores juegos de los últimos tiempos y mereció mucho más de lo que indica el marcador.
El partido no pudo empezar peor para México, con dos aproximaciones de Alemania a su área en sólo dos minutos, y seguidamente dos goles, ambos a manos de Goretzka, cuando apenas habían transcurrido siete minutos del encuentro.
En el primero, el centrocampista del Schalke 04 recibió un magnífico pase de Hendrichs y al primer toque envió el balón a la esquina izquierda de la portería defendida por Ochoa.
Tan sólo dos minutos después llegó el segundo, en un mano a mano de Goretzka con el guardameta mexicano del que salió vencedor el alemán.
Con algo menos de intensidad, México empezó la segunda parte con toda la intención que mostró tras encajar los dos goles: en cinco minutos ya había llegado dos veces a la portería de Ter Stegen, incluido un peligrosísimo contraataque desaprovechado por Jiménez, que tiró muy flojo a las manos del portero.
Y entonces se desperezaron los alemanes, que tras crear tres ocasiones peligrosas en menos de cinco minutos, a la cuarta sentenciaron el partido, poniendo una ventaja en el marcador (3-0) difícil de superar incluso para una México que ha desplegado en esta semifinal uno de sus mejores juegos de los últimos tiempos.
Werner marcó a portería vacía tras un pase de Hector desde el borde lateral del área chica, en un contraataque mortal aunque previsible ante los muchos espacios libres dejados por El Tri en su apuesta total por el ataque.
Obtuvieron al filo del final del partido su pequeña recompensa, su más que merecido gol de honor que marcó Fabián en un disparo, esta vez sí, imparable.
Pero como Alemania es Alemania, aún no estaba todo dicho: Younes, el último recambio de Löw poco antes del final, puso en el marcador el 4-1 definitivo en otro mano a mano con Ochoa.