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El ministro de Economía, Mario Guillén, aseguró el martes, un día después de asumir esa cartera de Estado, que sus principales tareas son garantizar la estabilidad económica en el país y el pago de los bonos sociales, que permiten la redistribución de los ingresos entre la población, como parte del nuevo modelo económico social comunitario productivo que se aplica en el país hace más de una década.
«Mientras nos toca continuar con la implementación de un modelo, con esta estabilidad económica que hemos tenido estos últimos años, esta redistribución de los ingresos y principalmente garantizando nuestros bonos sociales», sostuvo en entrevista con Bolivia TV.
Guillén fue posesionado ayer como Ministro de Economía por el presidente Evo Morales, en reemplazo de Luis Arce, quien tuvo que viajar de emergencia a Brasil para atender un problema de salud detectado por médicos bolivianos.
La nueva autoridad expresó su indignación por la actitud «canalla» de algunos políticos opositores, que en las últimas horas cuestionaron el sorpresivo cambio y aludieron a problemas en la economía boliviana.
«Me indigna la labor de algunos opositores porque primero no respetan una condición humana que es la enfermedad del ministro Arce. Ellos deberían buscar ganar a la población con ideas y no con las canalladas que están haciendo», dijo.
El exviceministro de Pensiones, aseguró que el país mantiene las proyecciones de crecimiento para este año, de 4,7%, lo que situará a la economía nacional en el primer puesto de expansión de la región.
En 2007, el actual Ministro de Economía fue designado como Superintendente de Seguros y Pensiones y desde 2009 mantuvo el cargo de Viceministro de Pensiones, antes de asumir el despacho del Ministerio de Economía.
Consideró que Luis Arce volverá asumir como Ministro de Economía cuando su salud mejore y mientras le toca seguir con el modelo económico social comunitario productivo que permitió al país ser líder en crecimiento económico gran parte de la última década.
También dijo que su tarea se enfocará en acelerar la inversión pública, mejorar las condiciones de la banca y mantener invariables las proyecciones de crecimiento.