Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-Junio 15/2017) Chicas rubias de ojos celestes, de apretados y pronunciados escotes más minifaldas, así se presentan en las redes sociales, siendo un atractivo difícil de rechazar entre las solicitudes de amistad.
Por el otro lado, también figuran elegantes galanes con peinados a la moda, de corbata o una camisa apretada, de musculoso cuerpo, inevitables entre las amistades de cualquier chica; sin embargo, detrás de estas cuentas se esconden otras personas, sus fines son diversos, desde los delincuenciales pasando por los institucionales, políticos y hasta emocionales, donde los celos juegan un rol fundamental.
“Personalmente tengo tres cuentas, una propia, una para mi mujer y otra para mis mujeres”, dijo entre risas un joven que obviamente pidió el anonimato. Esta tendencia es cada vez más real en Tarija, con cuentas falsas cuyo papel principal es seguir a las personas que les interesa con diferentes fines, uno puede ser por celos, otro aún más grave, por acoso.
Según los datos actualizados del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el departamento de Tarija son unos 470.850 habitantes, con una estimación de unos 500 mil para el 2017.
El departamento de Tarija según los datos de la Autoridad de Fiscalización y Supervisión de Telecomunicaciones y Transporte (ATT), tenía hasta el 2016 unas 389.272 conexiones a internet.
Sin embargo, los números no cuadran cuando se saca el total de usuarios registrados de Tarija en la red social de Facebook, la de mayor uso en la región.
Tarija sobrepasa el millón de usuarios en Facebook, según los registros de esta red social, duplicando al de pobladores del departamento y cuadruplicando el de personas conectadas a internet.
En síntesis, en Tarija hay más ciudadanos virtuales que personas físicas.
¿A qué se debe esta situación?
“Hay una tendencia a crearse cuentas, antes, el promedio era de tres por persona, ahora es mayor, siendo más o menos un millón en todo el departamento”, refirió el investigador y consultor informático forense, Gabriel Coronado.
Al hacer estadísticas y parámetros en base a las cuentas de ubicación geográfica, puede sacarse información de la cantidad de éstas que generan tráfico, ahí también puede verse cuántos usuarios se inscribieron como si radicaran en Tarija.
El número de cuentas depuradas en la región también es importante, por lo menos son unas 300 mil que la empresa Facebook eliminó a usuarios que pusieron como sitio de residencia a Tarija.
“La depuración se hace de una forma más estricta con Facebook, antes te podías inventar el correo y automáticamente la cuenta estaba creada”, explica Coronado.
La situación por seguridad cambió, porque la red manda un mensaje de confirmación al correo, al no existir respuesta, la cuenta es cerrada.
Al registrarse una serie de casos de acoso como otros actos delincuenciales, Facebook comenzó a realizar seguimiento al tráfico de las cuentas, para saber si publican o no.
Si no hay tráfico en un tiempo de 10 meses, Facebook envía una notificación, de no recibir respuesta, procede a la depuración.
Esta tendencia refiere que en Tarija hay de 3 a 4 cuentas por persona, e incluso hay quienes tienen 8, reveló el informático.
Una investigación de elPeriódico pudo comprobar la existencia de cuentas falsas por parte de instituciones como la Gobernación de Tarija con el nombre de “Carlita Rivero”, de donde hacía propaganda a la gestión, además de insultar a los contrincantes de la misma, o con el fin de deslegitimar las notas de prensa contrarias.
Esta tendencia empezó a consolidarse en las diferentes instituciones de Tarija, que además de las cuentas falsas, crearon páginas para desvirtuar a rivales políticos y medios de comunicación.
“el Periodo”, “Ulupica”, “La Voz del Estudiante”, son parte de las páginas creadas sin un administrador visible o una persona que firme como responsable de la misma, donde se dedican a denigrar rivales políticos y medios.
El gobernador, asambleístas, alcalde y otras autoridades también son víctimas, pues existen cuentas falsas de estas personas en las redes haciéndoles poner una serie de opiniones adversas.