La asociación “Porvenir de Tarija” proponía como objetivo básico la apertura de un camino a la margen occidental boliviana del río Paraguay, fundar un puerto y establecer Colonias en los puntos necesarios para garantizar su transitabilidad y llegar con la producción del valle al puerto del Paraguay, antesala de la salida al Oceano Atlántico.
Para este propósito exigió al Gobierno Nacional la cesión por veinticuatro años del 50 por ciento de los derechos de importación y exportación que se hiciese por esa vía, una legua de terreno a cada lado del camino que debía abrir y el reconocimiento de los derechos de propiedad de cada Colonia construida. Al cumplimiento de los 24 años de cesión, el Estado asumía el dominio pleno, debiendo pagar el justo valor de las tierras, estancias y dependencias que estuviesen fundadas y en explotación comercial o industrial.
Una de las comunicaciones enviadas al Gobierno Central por el Prefecto Martin Trigo, señalaba que “… la sociedad va a conquistar para Bolivia un suelo rico, hoy en poder de los salvajes y mañana quizás, si no se realiza esta empresa, estaría en poder de alguno de nuestros vecinos que se llamarían dueños, por el hecho de haberlo ocupado antes que nosotros que somos sus propietarios”. Trigo, a través de sus acciones administrativas, manifestó su visión futura en torno a la perspectiva del Departamento y del Chaco, previsión de un verdadero hombre de Estado. El paso del tiempo le dio la razón y confirmó sus preocupaciones por el territorio tarijeño ante el surgimiento de las ambiciones de los países vecinos que miraron las potencialidades del Departamento de Tarija y desarrollaron todo tipo de gestiones para incursionar y apoderarse de nuestro territorio; Argentina a través de Tratados y Paraguay mediante una cruenta guerra.
LAS DIFICULTADES
Y LA FRUSTRACION
La implementación de por proyecto confrontó muchas dificultades desde su inicio, primero con la adquisición de las acciones debido a las destinatarias a los centros financieros donde se concentraba el flujo de capitales, que estaba centralizado en la sede de gobierno, La Paz.
A esto se agregó la situación de inestabilidad política del gobierno de Mariano Melgarejo caracterizada por frecuentes movimientos sediciosos e insurrecciones contra el régimen imperante, hechos que afectaron de manera definitiva al espíritu y objetivo propuesto por la institución. La propuesta de la asociación “Porvenir de Tarija” quedó estancada y gradualmente el ambiente de optimismo, confianza y esperanza fue disminuyendo hasta quedar en la frustración y paralización de ese importante proyecto y aspiración departamental.
A ese escenario se sumaron los fracasos de las expediciones de estudios de navegación patrocinadas por el Gobierno Nacional en los ríos Pilcomayo y Bermejo, resultados que terminaron por destruir de manera definitiva el patriótico objetivo de consolidar una salida al océano Atlántico, a través del río Paraguay con fines comerciales que habría generado un significativo impulso al desarrollo del Departamento. La labor emprendida por los tarijeños en el año 1867, que además de intentar abrir una ruta hacia el Atlántico, conllevaba acciones de defensa de los derechos de Bolivia en el Chaco y en la banda occidental del río Paraguay, tampoco contó con el apoyo de los grandes capitalistas de la época que tenían sus expectativas e inversiones en la actividad minera, relegando el desarrollo de las regiones del sudeste de la República.